¿Y cabritos negros, qué hay?

Edmilson -cada día me gusta más este meapilas- ha denunciado que en la plantilla del Barça existen ovejas negras. Escandalizarse por estas declaraciones es querer cerrar los ojos a la realidad. De hecho, a mi me importa un bledo lo que los jugadores hagan en sus horas de asueto: para ellos harán, porque la carrera de un deportista es muy perecedera y los mejores atletas, los mejor dotados físicamente, son los que más se cuidan. Por algo será. Pero lo que a mi me importa del comportamiento de los futbolistas es aquél o aquéllos aspectos que repercuten en el colectivo. La denuncia de Edmilson puede desempolvar el viejo tópico (“la ropa sucia hay que lavarla en casa”), pero yo prefiero que actúe como revulsivo. Antes de esas declaraciones mantenía esperanzas de “meter en vereda” a Ronaldinho, de “centrar” a Messi y de adaptar a Henry. Podría añadir que le daría unos azotes a tiempo a Giovani, porque empieza a mottear, y propondría cortarle la coleta a Márquez, como abandono simbólico de su perfil galáctico. Y ya sé que esta semana todo aquél que comparezca a la sala de prensa del Barça deberá responder a esta pregunta: “¿Oye, tú crees que en la plantilla hay ovejas negras?”. Como también me sé la respuesta, yo para variar les preguntaría: “¿Y cabritos, qué hay?”.

Positifo: los dos partizados, con goles incluídos, que se han cascado Xavi e Iniesta con la selección española, los excelentes goles de Henry y Messi con sus selecciones, que acredita que pasan por un gran momento de juego...y que deben plasmar en los importantísimos partidos que nos esperan de aquí a Navidad.

Nejatifo: que hasta Luis Fabiano, el pichichi de la Liga española, que acaba de salvar a Brasil ante Uruguay con dos tantos, está ganando puntos en la selección canarinha, en la que cada vez tiene un papel más secundario nuestro Ronaldinho.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca !