Decía ayer que me parece simple e impropio de alguien que tiene un cargo de suma responsabilidad en un club de fútbol moderno juzgar a un entrenador por si aplica en su equipo un “4-3-3” o cualquier otro esquema. ¿Volvemos a sacralizar las libretas? ¿anteponemos la pizarra a todo lo demás? La estupidez por anclarse en dogmas tácticos lleva a extremos suicidas, como el de Pep Guardiola que quiere hacer jugar a un equipo de Tercera División, en campos de Tercera División y frente a jugadores y públicos de Tercera División como si fuera el Dream Team. Y posiblemente termine por serlo: un Dream Team de Tercera División. No se puede sacralizar el 3-4-3 ni el 4-4-2 ni cualquier otro sistema. Lo inteligente, por parte de Txiki Begiristain al referirse a Mourinho, si es que quería hablar de sistemas, era decir: “Lo mismo aplica un 4-4-2 que un 4-3-3, según convenga”. Y punto. Pero voy más allá, porque ¡eso es lo que hacía el mitificado Dream Team! Bastó que yo dijera el otro día aquí que en Atenas jugamos con un 3-4-3, para que enseguida saltara alguien a corregirme –muy bien corregido, por cierto- diciéndome que aplicamos en aquella infaustra tarde griega en 4-3-3. Eso es lo que hay que hacer: no fosilizarse en ninguna propuesta. Demasiadas veces oigo utilizar a los talibanes del búnker blaugrana la palabra “irrenunciable”. Además, yo estoy con Stefan Kovacs quien, es el libro Fútbol total (1975), decía esto: “¿Quién hoy por hoy habla de sistemas del tipo 4-2-4, 4-3-3, etcétera?. Ese fútbol de salón ha quedado caduco. Lo que cuenta es la actitud del equipo ante tal o cual circunstancia. Puede, en ciertos momentos, haber tenido ocho defensores y en otros seis atacantes. Los sistemas murieron definitivamente en Alemania 1974”.
Positifo: que vi por TV3 a Edmilson pegándole fuerte a la pelota y preparándose a conciencia para reaparecer. Hablando de actitud, éste sí que es uno –representativo de la clase media alta- que lo hará mejor o peor pero se deja la piel y los meniscos en el campo. Ya tenemos el sustituto deseado para Márquez, lo mismo como central que como pivote (también para cuando Touré esté en la Copa de África).
Nejatifo: la guerra en la que se han enfrascado los dos grandes diarios deportivos catalanes por un futbolista que hoy por hoy ya no es el primero del mundo sino el tercero (como mucho) de Brasil. Lo mejor que le puede pasar a Ronaldinho es no jugar contra Perú, para no desgartarse físicamente y para que su imagen no vuelva a salir perdedora de las comparaciones con Kaká y Robinho, como ya le sucedió en los recientes partidos contra Venezuela y Ecuador, cuando no estaba tocado.
¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca !
Lo que cuenta es la actitud
viernes, 16 de noviembre de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 10:56 a. m.
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