Pronto hará veinte años de la vuelta de Johan Cruyff al Barça, esta vez como entrenador. ¡Cómo pasa el tiempo! El fútbol ha evolucionado mucho desde entonces: ¿dónde iría hoy un equipo con un medio centro como Guardiola en vez de un hércules africano? ¿quién sería el guapo que saliera a jugar con un 3-4-3? Sólo un suicida dispuesto a perder en una final de la Copa de Europa por 4-0. Pero los clubs ya no toleran a semejantes suicidas. Ahora sólo quedan nostálgicos inmovilistas, anclados en el pasado, embelesados en aquel equipazo que Josep Lluís Núñez tuvo el acierto de poner en manos de un técnico que venía con mucha hambre de títulos, de gloria y de fortuna. Ahora, de esa fantástica época de la historia azulgrana, quedan muchos trofeos, buenos recuerdos y un club situado en el peldaño más alto del fútbol mundial (y del básquet, y del balonmano, y del hockey…). Pero no hay que encerrarse en un búnker, el caparazón fosilizado de una época que ya pasó. Me apena ver que el búnker cruyffista, financiado por el dinero de todos los catalanes, incluídos los que no tragan las Tres Bessones, ya ha decidido que a Frank Rijkaard, llegado el caso (que yo espero sea dentro de muchos años), sólo le pueden suceder entrenadores títeres. La descalificación inmediata de opciones propuestas desde la base y muy bien acogidas por un amplio sector del barcelonismo deseoso de dar un golpe de timón, es un enroque dogmático que suena a fundamentalismos trasnochados: “El Barça no quiere traicionar su filosofía”, “El Barça quiere seguir fiel a su estilo”. Este tipo de enroques deberán pagar en las urnas su carácter retrógrado y el daño que causan al barcelonismo. Aunque haya caído en desuso, hay una frase que tiene plena vigencia: “Al zozi no se’l pot enganyar”.
Positifo: que aunque el Alcoyano esté en posición de bajar a Tercera División, haya terminado con nueve y le hayan castigado con un penalti que no era, el Barça ha ganado al fin un partido fuera de casa.
Nejatifo: que la Juancarling Cup se juegue de un modo tan irregular, con partido de vuelta...el dos de enero.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Sin novedad en el búnker
miércoles, 14 de noviembre de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 12:30 a. m.
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