Un Barcelona desnivelado

Deslavazado, desequilibrado, desnivelado, desubicado y desquiciado. Así resumiría la situación del Barça. Y digo lo de desnivelado porque parece que nadie sepa estar a la altura de la grandeza de este club, empezando por el presidente, que esta semana se ha cubierto de gloria con una actuación pública indigna del cargo que ostente. El equipo tampoco ha dado la respuesta que le exigía el triunfo del Madrid en Mestalla. Permitir que se escape el líder, justo en el momento en que acaba de realizar una exhibición, es no dar la talla. Siento decirlo pero lo veo así: la respuesta del Barça ha sido la propia de un equipo sin espíritu, sin agresividad, conformista y dócil, un cuadro que se define con otro calificativo que resume todos los demás: perdedor. El Barça, y no sólo el entrenador y los jugadores, no se ha repuesto de la presión que le puso veinticuatro horas antes el Madrid. Hoy empezábamos un calendario que era una bendición de Dios, con viaje a Valladolid, recibimos al Betis, vamos a Getafe y nos visita el Recreativo. Todo lo que no fuera ganar los 12 puntos en esos partidos era un fracaso, que ni siquiera se disculpa con los detalles positivos, como las buenas actuaciones de Valdés y Bojan, los únicos que pueden volver a casa con la cabeza alta.

Positifo: que ya se ha terminado esta tediosa jornada intersemanal, con partidos más propios del Halloween que de una competición deportiva, cuando el día festivo de hoy en España permitía ponerlos perfectamente a las cinco de la tarde.

Nejatifo: que pese a contar con una plantilla que parecía suficiente, Rijkaard echa de menos a Eto'o y el equipo también acusa en exceso su ausencia. Un solo gol fuera de casa en las visitas a Santander, Osasuna y Valladolid (más Glasgow), son un dato muy preocupante.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!