Acabo de ver por televisión un partido extraño que me resisto a calificar de encuentro de fútbol. ¿Se ha inventado otra clase de fútbol? ¿puede calificarse así un deporte que consiste en dejarte caer al suelo cada vez que te tocan? ¿es una especie de mus, el arte del engaño, pero jugado en campo grande y once contra once? Realmente, ese nuevo tipo de pseudeporte, al que le auguro poco porvenir (al menos a mi, que no me busquen en Montjuïc), nada tiene que ver con lo que unas horas antes había sucedido entre el Tottenham y el Chelsea en Londres. ¡Qué monumento al Fútbol con mayúsculas! Otra vez alta tensión sobre al campo, agresividad al filo del reglamento (el Chelsea acabó con seis amarillas y una roja, a John Terry), partido de los llamados de ida y vuelta, jugado a todo tren, con mucho nervio y...mucha testosterona. Grandísimo derbi londinense, inmenso, que habrá hecho feliz a algún barcelonista -sobrevenidos en los últimos tres años-, puesto que el maligno Mourinho ha mordido el polvo (2-1 en contra). Ha perdido pero el de su equipo no ha sido un sacrificio inútil sino un holocausto, en el campo de la comunidad judía de la City que simpatiza con los spurs, ofrecido a la mayor gloria de este deporte. ¡Gracias una vez más, José!
Y el Chelsea ha perdido como el Lyon (primera derrota oficial en la temporada), el Madrid, el Milan y el Arsenal. Perder siempre es peor que empatar, que es lo que han hecho el Barça, el Bayern, el Werder Bremen y el Valencia. ¿Qué tienen en común todos esos equipos? Que llevan una marcha destacada en Europa y la mayoría ya tiene garantizada la clasificación. Sin embargo, de vuelta a casa, ninguno de ellos ha conseguido ganar, muestra evidente del desgaste que supone disputar martes y sábado o miércoles y domingo, dos partidos a tope. Hacer el cambio de vías dos veces a la semana requiere una preparación y sobre todo una actitud que es la que distingue a los campeones de los demás.
Positifo: que el empate en el campo del Depor, con cuatro bajas en el Barça, el mazazo moral por lo de Puyol, el desgaste físico y psicológico del paso del Chelsea por el Camp Nou, es bueno. Pero, comparado con el grave pinchazo del Madrid en el Bernabeu, y habida cuenta de que el Valencia no recorta, pasa a ser excelente...aunque el equipo haya perdido el liderato.
Nejatifo: la manipulación que sufren los resultados en el fútbol español a causa de los malos arbitrajes. Esta semana, al Barça le castigaron con un penalti compensatorio (que no era), y al Madrid le han perdonado dos, ambos a Nené (uno de Casillas y otro de Cannavaro). El Celta habría ganado igualmente, pero un 1-4 en el Bernabeu habría hecho estallar la crisis larvada y que se trata de disimular en la Casa Blanca.
¡A Ítaca les sirenes canten com els àngels!
Un empate que combina bien
domingo, 5 de noviembre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 11:43 p. m.
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