Vivimos del subsidio arbitral pero cegados por una especie de hipnosis colectiva. ¿Qué no veis que el liderato en la Liga es pura realidad virtual? ¿acaso el Sevilla no debería tener por lo menos cuatro puntos más (tres en el Calderón, uno en el Camp Nou) y nosotros alguno menos (dos ante el propio Sevilla, dos ante el Huelva y ya me regalo los tres del Zaragoza)? Vale, ya sé que cada cuál hace las cuentas como quiere: que si ante el Valencia debimos ganar, que si pudimos hacer lo propio en Riazor (pasaremos de puntillas sobre Vigo y San Mamés...) y, al final, llegaremos como punto de consenso en la clasificación que hoy publicaban los periódicos. ¡Qué bien si todo lo que se publica fuera la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad!. Y, ojo: no sólo en los periódicos sino también en los blogs, como en este, sin ir más lejos.
Reunimos todas las condiciones para pegarnos el batacazo en cualquier momento. El otro día volví a ver “Las noches de Cabiria”, y la mordacidad de Federico Felini nos presenta a un infeliz tullido de ambas piernas que acude en romería a por el milagro de su curación. Al grito de “¡Ahora!”, le quitan las muletas y el tortazo que se pega fue de los que hacen época. En cuanto nos quiten las que yo -que no podría ni lustrar los zapatos de Fellini- llamo las parihuelas arbitrales, lo del tullido será pecatta minutta.
No tenemos defensa (Diogo, como Essien, fabricó el 2-2 en el minuto 90). No tenemos remate (sólo anotamos a balón parado...o en cabezazos de Ronaldinho, ya está dicho todo), y ahora no tenemos banquillo. ¿Es de extrañar que el flemático Frank Rijkaard se comporte como un energúmeno? Yo, le comprendo. Pero no puedo aplaudir excesos como el que perpetró el domingo, que me recordó los peores momentos del nuñismo, como el de aquella noche en que Johan Cruyff perdió la compostura y, para respaldar a su entrenador, Hristo Stoichkov pegó el pisotón ya histórico a Urízar Azpitarte. Aquello era intolerable en el nuñismo y lo es ahora, en este Barça que cada día parece más un club de pijos fanáticos.
Necesitamos refuerzos y me apunto a la idea de repescar a Larsson, ya habituado a nuestro sistema, que viene de terminar la temporada sueca como campeón de Copa y que, para siete meses, puede ser un refuerzo fantástico. Otra idea que no me parece descabellada es pedir al Inter de Milán la cesión de Adriano de aquí a final de temporada. ¿No nos cedieron un año a Coco, que era un excelente lateral? Bueno, es una idea para una secretaría técnica que parece necesitada de ellas. Gratis et amore y dictada sólo desde un barcelonismo sincero y constructivo. El mío.
Positifo: que el trabajoso triunfo ante el Zaragoza, pese a tener ramalazos vergonzantes, ha producido un rearme moral en el barcelonismo y en los propios jugadores, que celebró los goles como si acabara de ganar el Mundialito, cosa que es de esperar que suceda el mes próximo, a menos que lo tengamos que disputar con el filial, como sigamos a este paso.
Nejatifo: el conflicto que se ha montado en el Museu Josep Lluís Núñez (por otro nombre Museu del Barça), por el despido de su director, quien hoy dará una rueda de prensa para explicar su punto de vista de una decisión que tiene todos los visos de obedecer a una purga, a juzgar por la convocatoria enviada a los medios de comunicación que, dicho sea de paso, no parecen tener mucho interés el asunto.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Que no nos quiten las muletas
martes, 14 de noviembre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 1:34 a. m.
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