¿Ronaldinho transferible?

Un minuto antes de que le metiera aquel hat trick al Valencia que nos reenganchó a Europa, Rivaldo estaba vendido al Lazio. No lo digo yo, no estoy inventando nada: lo dijo él mismo y lo reconocieron “fuentes oficiales del club” y “círculos de intermediarios generalmente muy bien informados”. Nos pagaban 8.000 millones de las antiguas pesetas, sólo un poco menos (2.000 menos) de lo que un año antes habíamos recibido del Madrid por Figo y ¡el doble! de lo que después pagamos por Eto'o. Era el negocio del siglo pero Joan Gaspart, con su proverbial amplitud de miras, lo rechazó, le aumentó la ficha al jugador hasta extremos insoportables para la economía del club y se comprometió a indemnizarlo con 700 kilos si al año siguiente se le daba la baja por el morro, cosa que sucedió porque estaba más cantada que las habaneras de Calella.
Con Ronaldinho ¿vamos a vivir la misma historia, segunda parte? Pregunto, y que conteste el que quiera. Antes del para algunos portentoso partido ante el Zaragoza, lo podíamos colocar en el Milan. Su hermano y representante está en deuda con Berlusconi después de haberle endosado, para llenar el vacío dejado por Shevchenko, al ex bético Oliveira. Por el momento, un fiasco. Pero, ahora, ¿quién se vende a Ronaldinho? Laporta se halla en la misma tesitura que se encontraba en aquel momento Gaspart (la historia se repite, repito), y aunque el jugador vuelva a rascarse la panza de aquí a final de temporada, nosotros, ¡a tragar!. Es nuestro sino. Hasta el grandísimo Johan Cruyff lo hizo en su etapa de jugador, cuando era el número uno del mundo: fenomenal temporada, 0-5 en el Bernabeu, la Liga un paseo triunfal...y otros cuatro años sin comernos ni un rosco...salvo ganarle una Copa del Rey al Las Palmas.
Yo, lo siento mucho, es que sigo sin ver en Ronaldinho el prodigio de hace un par de temporadas. Y saco el tema ahora que acaba de tener su mejor (por no decir casi único) partido de esta temporada. ¿Que tira muy bien las faltas? No lleva precisamente un promedio como para estar orgulloso, aunque la última (la que no era de Sergio a Saviola), la metió con mira telescópica. Fabulosa. Pero, jugar, lo que se dice jugar al fútbol colectivo que a mi me gusta, muy poquita cosa. Claro que si nos lo tenemos que quedar durante muchos años, más por lo que ha hecho en los tres últimos (que ha superado todas las expectativas) que por lo que puede darnos en el futuro, pues que nos aproveche.

Positifo: que tras el homenaje ciudadano que recibió hace unos días Santi Nolla al recibir la llave de Barcelona, hoy nuestro gremio ha tributado un reconocimiento a la tarea de Joaquim Maria Puyal, homenajeado por el Colegio de Periodistas de Catalunya. Prueba inequívoca de que el periodismo deportivo, que nosotros mismos autocriticamos sin compasión, también produce maestros que por suerte marcan el camino a las nuevas generaciones. Y aprovecho para recoger la sugerencia de algún asiduo al blog y recordar la figura de Àlex Botines, otro genio malogrado prematuramente, de cuya muerte se cumplió el pasado día uno veinte años.

Nejatifo: las lamentables acusaciones de nepotismo, enchufismo y arbitrariedad vertidas sobre el presidente del Barça por parte del defenestrado director del museo del club, un personaje que ha cotribuído a convertirlo en el más visitado de Catalunya y en una fuente nada desdeñable de ingresos. Es penoso que gente que ha dado al Barça los mejores años de su vida (Ricard Maxenchs, Valero Ribera, Jaume Parés...), hayan salido con una patada en el culo y por la puerta de atrás.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!