Dependientes de Ronaldinho

Tal día como ayer hizo un año, yo me hallaba en el Camp Nou haciendo una crónica del Barça para mi diario, que titulé: "¿Esto va a ser así cada partido?". Y subtitulé: "Ronaldinho, en un momento sublime, dirige otro gran recital azulgrana". Y describí así los goles del Barça:
1-0 Gabri (14). Pase de Ronaldinho a Gabri, que para con el pecho y bate a Reinke con la izquierda.
1-1 Borowski, penalti (21). Fallo de Puyol ante Mocoud, que Gio tiene que enmendar cometiendo penalti. Lo lanza Borowski a la izquierda de Valdés.
2-1 Ronaldinho (26). Ronaldinho lanza una falta, bota el balón ante un atónito Reinke, y entra.
3-1 Larsson (70). Colosal pase en profundidad de Ronaldinho a Larsson, que bate a Reinke por bajo.
Y comenzaba así la crónica de este partido, que se jugó cuatro días después del recital en el Bernabeu: "Nadie podía esperar anoche que se repitiera lo del Bernabeu. Hay momentos en la vida de un equipo que quedan suspendidos en la historia y pasan directamente al archivo sentimental de los aficionados. (...) El espectáculo no parece terminar. Fue como un bis de lo del Bernabeu, sin aquella solemnidad, si el barman de Las Rozas aplaudiendo a Ronaldinho pero con todo el Camp Nou entregado a la magia de ese ser superior del fútbol".
Naturalmente, todo esto sucedía en el Barça-Werder Bremen que nos dio la primera plaza del grupo el año pasado, ante 60.000 barcelonistas y 5.000 alemanes (esta vez sean más los unos y los otros). Fue un gran partido en el que -ojo al dato- Víctor Valdés tuvo que realizar cuatro paradones. Pero la diferencia la marcó Ronaldinho. Como debe ser también este año.

Positifo: que al fin es un hecho la concesión del pasaporte español a Rafa Márquez, lo que libera una plaza para que su compatriota Giovanni dos Santos pueda actuar con el primer equipo, no sólo en partidos internacionales.

Nejatifo: el escándalo de las cuentas de la Federación Española de Fútbol, con 23 millones de euros no justificados según el Tribunal de Cuentas, y un pelotazo urbanístico en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, la obra magna de Villar el Pocero.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!