Cada mochuelo a su pañuelo

En realidad iba a titular: “Cada culé a su pañuelo”, pero no rimaba y, además, me ha parecido adecuada esa alegoría a lo de “cada mochuelo a su olivo” por ser el mochuelo un pájaro tan nuestro, noctábulo, de ojos siempre bien abiertos y, no lo olvidemos: una rapaz carroñera que goza lanzándose sobre los despojos. Y el olivo ¿qué decir del olivo, de ese árbol mediterráneo por antonomasia, el árbol de Ítaca....? A propósito, no olvideis llamar a la Cooperativa Baró de Maials (te lo traen a casa) o viajad a El Soleràs, Arbeca, les Borges o Juncosa de les Garrigues o cualquier otra población de esa comarca y traeros unas buenas garrafas del mejor oli del mon.
A lo que íbamos. ¡Hay que ver cuánta susceptibilidad levanta la primera pañolada a Laporta!. Sospechaba yo bien que ni este hombre ni su guardia de corps ni su entorno de conveniencia, resistirían aquellas pañoladas a Robson y a Van Gaal, o sea a Núñez. Porque, no vayamos ahora a tergiversar nuestra propia historia, que para eso ya tiene el club sus asalariados: todas aquellas pañoladas iban dirigidas, por elevación, al palco. Y lo mismo daba meterle ocho al Logroñés o seis al Rayo Vallecano. Se sacaba el pañuelo porque sí, y punto.
Por eso digo que, con el carnet y el abono, cada barcelonista que se precie debe ir al campo provisto siempre de un buen pañuelo. Los cambios de tiempo son muy malos y, en el Barça, empieza el partido con lo de “Tot el camp és un clam” y puede acabar como el rosario de la aurora.

Positifo: que en Dubai ya nos consideran el club con más proyección mundial, por encima del Manchester United, el Madrid y el Chelsea (por este orden), gracias a nuestros cracks Ronaldinho y Frank Rijkaard (no citan a ningún otro en el link que ayer nos envió Yrsa), y a la elección de nuestro patrocinador.

Nejatifo: el desastre sin paliativos de las secciones. Piso disculpas pero ya no podía dejar pasar más tiempo sin hincar el diente a un bocado tan tentador. Podría comprenderse que Laporta tuviera cierto resquemor al haber heredado unas secciones líderes y campeonas en todo, además de que respondían al nombre de FC Barcelona. Ahora, ni se sabe como se llaman, han perdido un millar de abonados en el Palau y su frenesí liquidador le ha llevado a cargarse no ya secciones históricas sino la que él mismo impulsó, la de ciclismo, con la infantil ambición de ver algún día a un equipo azulgrana (¿con nuestro nombre?) en el Tour.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!