Estoy que me salgo: pido que Ronaldinho marque las diferencias y la gran estrella del Barça rubrica un partido del montón con un detalle propio de un futbolista unigénito. Esa imagen habrá llegado a Alemania como un rayo y caído como un trueno. El estudioso Thomas Schaff, el excelente técnico del Werder Bremen, necesitará apoyo psicológico para preparar el partido del día 5. Porque se puede neutralizar el centro del campo, se puede tapar a Iniesta, se pueden blindar las bandas, se pueden encontrar fisuras para llegar hasta Víctor Valdés...pero ésto, ¿cómo lo paras? ¿cómo lo evitas? Diré más: ¿es lícito tratar de evitar una acción como la del cuarto gol? Para mí, sería como echar aguarrás sobre una tela de Velázquez o de Vermeer. Un crimen. Por suerte para el fútbol, genialidades como las de Ronaldinho, no hay defensa capaz de abortarlas. Por muchos balones de oro que les den.
Positifo: que la primera pañolada del Camp Nou en la presidencia de Laporta, la haya provocado el jugador fetiche contratado por Sandro Rosell. Y que haya sido una pañolada para subrayar una reacción jubiloso y no airada, como las últimas que se recuerdan en el Camp Nou.
Nejatifo: el arbitraje de Pérez Lasa, que encarriló el triunfo del Barça al inventarse un penalti. La actitud e inspiración que anoche mostró el equipo hacían innecesaria la sumisión arbitral que, en cambio, enturbia un triunfo claro y brillante.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
El Ronaldinho que queremos
sábado, 25 de noviembre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 10:19 p. m.
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