La visita del rencor

Me ha bastado ver esta noche una imagen de archivo de Pep Guardiola en TV3, compartiendo un entrenamiento con Frank Rijkaard, para darme cuenta de que este club, mi Barça, decididamente no tiene remedio. Rijkaard, impasible, miraba atónito al otro que gesticulaba como un orate, sabedor de que las cámaras estaban enfocándole, atribuyéndose todo el protagonismo. ¡Qué locura de técnico! ¡Qué prisa por llegar! ¡Qué ambición incontrolada! ¡Qué parasitismo al Barça, al que algunos se han pegado como sanguijuelas! En un club y un equipo que necesitan serenidad, metemos a un tipo que nos abocará a la histeria colectiva...Lo dije en TV3 el domingo por la noche: desde que Guardiola pasó a entrenar al equipo de Tercera División, a Rijkaard empezaron a moverle la silla. Lo dejaron solo ante el peligro, lo abandonaron ante situaciones comatosas, permitieron que las vacas sagradas le hicieran la cama: lo traicionaron desde abajo pero lo apuñalaron desde arriba. Ahora sabemos por qué, aunque yo lo sospechaba desde el primer día. Pero Guardiola no es un ceporro, y no me baso en lo que ha hecho esta temporada, que no me sirve de referencia: me baso en lo que hizo la temporada siguiente a la marcha de Johan Cruyff, cuando según algunos diarios de la época, tomó las riendas del equipo ante la supuesta incapacidad del tándem técnico –Bobby Robson, José Mourinho- e introdujo la llamada autogestión, para escarnecer a esos entrenadores y hacer más evidente el sentimiento de orfandad tras el despido del Sumo Hacedor. Bobby Robson lo explica y retrata perfectamente al personaje en el libro de Jeff King sobre su paso por el Barça. Seguramente aquella autogestión es la que a veces aconsejaba a guardiola racionar las asistencias a Ronaldo o inhibirse –“estaba tapado”, justificaba su buena prensa- en partidos como el del campo del Hércules, ya descendido a Segunda, que nos costó la Liga. Veremos como reacciona ahora cuando le monten la primera autogestión.

Positifo: que hoy el lapocruyffismo ha empezado a agotar los mejores años de su vida agarrado a la ubre azulgrana.

Nejatifo: la grave lesión de Gaby Milito.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!