Un poco de imaginación y otra pizca de leyenda urbana, hicieron creer a algunos barcelonistas, sorprendidos en su buena fe, que del tándem de inexpertos que se hizo cargo de nuestro equipo hace cuatro temporadas, el bueno era Henk ten Cate. Y que, una vez que éste decidiera volar libre, Frank Rijkaard se pegaría el batacazo. Nada de ello ha sucedido, y no me vale la explicación de que ahora el bueno es Neeskens, porque al entrañable Johan II viene rebotado de equipos segundones de Holanda (y porque Australia no le confió su selección) y no me lo imagino haciendo algo más que tomar febriles apuntes en el banquillo. A Ten Cate, hoy lo hemos visto ante los suplentes del Espanyol, le cuesta sacar partido de un Ajax que hace sólo un año jugaba como los ángeles aunque no siempre le acompañaran los resultados. Ahora ni gana (el Copenhague le cerró el paso a la Champions) ni gusta, porque la verdad, hoy Moha le mojaba la oreja a Huntelaar, Moisés Hurtado dejaba en paños menores a Sneijder y Lacruz parecía Beckenbauer en comparación con Heitinga. ¡Y que nadie me diga que el Espanyol tiene más experiencia europea que un tetracampeón de Europa! Ya sabemos que los holandeses son mercaderes por naturaleza y que en el fútbol han encontrado las gemas que en tiempos de Vermeer tallaban los orfebres judíos (por ejemplo, la perla de La muchacha de la perla). Pero, aún así, el Ajax da para algo más que para ser humillado en casa por un Espanyol de circunstancias. El resultado de hoy en el Amsterdam Arena nos ha decepcionado a cuantos vimos esas mismas camisetas vestidas un día por Cruyff y Rep, por Bergkamp y Van Basten, por Kluivert y Litmanen. Y ese resultado, indirectamente, refuerza la figura individual de Frank Rijkaard.
Positifo: que el fantástico gol de chilena de Ronaldinho al Villarreal haya permitido rescatar la memoria de muchas figuras barcelonistas que duermen en el olvido y de grandes goles que nos colmaron de felicidad. Un acto de justicia porque demasiadas veces olvidamos que nuestro club tiene 107 años de historia, y que muchas generaciones de deportistas, directivos y aficionados, no sólo los actuales, contribuyeron a su grandeza.
Nejatifo: el comportamiento de Dimitri Piterman en el “caso Carreras”, que descalifica al dueño del Alavés, en la más pura y dura línea de los Jesús Gil (Dios lo haya perdonado) Caneda, Lopera y desgraciadamente tantos otros de un perfil parecido.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Ten Cate ¿era el bueno?
viernes, 1 de diciembre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 1:26 a. m.
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