Los ricos también lloran

Tomo el título de un culebrón radiofónico de la España de posguerra para descibir la situación en la que me imagino al potentado Roman Abramovich. "¿Qué he hecho yo para merecer esto?", debe preguntarse en un ruso más pulcro que el de Dostoiewsky el dueño del Chelsea. Y no es para menos: se le cargan a los dos porteros de una tacada (y ojo que uno de ellos, Petr Cech, está considerado el número uno del mundo) y ahora tienen que operar a toda prisa al capitán y talismán, John Terry, porque desde que él falta, la defensa es un coladero: a dos goles en contra en los tres últimos partidos, contra equipos de la mitad para abajo. ¡Y mañana visitamos al Aston Villa, si no estoy equivocado!. La desgracia difícilmente previsible de los porteros la pudo asumir la plantilla con el parche portugués Hilario -un calco del joven Alan Bates de El Mensajero- y el fichaje, deprisa y corriendo, el sueco Hedman, que hace unos años había estado en tratos con el Espanyol y ahora estaba ya retirado. Retirado y feliz, porque tiene una señora imponente que se luce en reportajes fotográficos ligera de ropa y quita el hipo. ¿Y lo de Terry? Ayer lo operaron de la espalda y por lo menos estará de baja hasta mediados de febrero, según los cálculos más optimistas. Es (junto a Cech), el segundo de los cuatro intocables que cae. Los otros son Lampard y Drogba. Pero el único que no tiene sustituto, porque la pareja Boulahrouz-Carvalho tiene más peligro que Perrín en un congreso de peñas. ¡Pero no hay otra!. Y ahí, mi admirado José Mourinho (que acaba de ser nombrado por no sé quien mejor entrenador europeo) me ha fallado. Cuenta con seis laterales (Paulo Ferreira, Geremi, Bridge y Ashley Cole), y sólo dos centrales fiables (Carvalho y Terry). Dejar marchar por un quítame ahí esas pajas al polivalente y eficaz William Gallas al Arsenal fue un craso error pese a que en la realidad él creyó salir beneficiado con el trueque por Ashley Cole. El mismo Ashley Cole que el otro día regaló dos puntos ante el Reading e hizo el ídem.

Positifo: la gran moral de los socios del Barça, inquebrantable incluso después de los últimos reveses con que se ha cerrado el años 2006. Según la encuesta de Mundo Deportivo, el 87,4% cree que el equipo volverá a ser campeón de Liga y el 64,2% cree que también ganará la Copa de Europa, repitiendo un doblete histórico.

Nejatifo: el maratón de partidos (uno cada tres días), que deberá jugar el Barça en enero con una plantilla escasa, después de tres semanas de descanso en lo que es el ejemplo más aberrante de un calendario deportivo de alta competición. Del 7 al 28, el Barça visitará al Getafe, Alavés (Copa), Espanyol y Betis, y recibirá al Nàstic, Alavés (Copa) y Celta.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!