Un Madrid sin criterio

Desde que Jorge Valdano se despidió como director deportivo del Real Madrid, los merengues no levantan cabeza. Al argentino del verbo florido le tocó liquidar la exitosa herencia de Lorenzo Sanz y sustituirla por el modelo galáctico de Florentino Pérez. Traer cada año a golpe de talonario un balón de oro, es algo que sería coser y cantar hasta para la portera de Núñez. Formar por ese método un buen equipo, ya son palabras mayores. (Por eso a lo mejor al Barça se nos apareció la Moreneta cuando Thierry Henry decidió quedarse en el Arsenal).
Por el Madrid han desfilado cuatro presidentes, cinco entrenadores y a Valdano le han sucedido Arrigo Sacchi, Benito Floro y Pedja Mijatovic. Y no escarmientan. Siguen queriendo acumular figuras en vez de hacer un equipo. Ni siquiera aprenden de la lección que supone ver cómo la clase media finiquitada en los últimos años (Ze Roberto, Makelele, Geremi, Figo, Solari, Samuel y Cambiasso), ha ganado títulos este año lejos de la Casa Blanca.
Hoy, en gran bombazo madridista es haber fichado al decadente Ruud van Nistelrooy. Alex Ferguson, el viejo zorro del ManU, ha vuelto a hacer negocio, como en su día ya lo hizo con el traspaso de David Beckham cuando estaba en el punto máximo de cotización (48 m. €). El Madrid ha tenido que pagar el gusto y las ganas (15 m. €) por un cromo repetido, para tapar el fracaso en otros objetivos (Kaká, Cesc, Robben), y vuelve a buscar refuerzos en una Premier League, donde ya obtuvo refuerzos como McManaman, Owen, Woodgate y Gravesen.

Positifo: que vuelva el fútbol, aunque sea en formato aperitivo, con el Arahus-Barça de esta noche (20 h. TV3). Es un rival aceptable, que se enfrentó al Barça de Cruyff en 1989 (Recopa que ganó el Barça al Sampdora en Berna, 2-0). En Aarhus hubo laboriosa victoria azulgrana, con gol de Lineker (0-1). El equipo, qué distinto al de hoy, estuvo formado por Zubizarreta, Aloisio, Alexanko (Julio Alberto 82), Serna, Milla, Eusebio, Roberto, Bakero, Amor (Begiristain 71), Lineker y Salinas.

Nejatifo: que el mal rollo que se ha creado en estos años entre Saviola, su representante y el Barça, nos sitúe de nuevo ante el culebrón de cada verano, sobre el destino del pibito, cuya incorporación a la plantilla azulgrana (si no se agiliza una cesión o traspaso), no será una buena noticia para Rijkaard y Neeskens.

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!