Rijkaard me lee

Frank Rijkaard, el entrenador del Barça, me lee…el pensamiento. Yo tampoco quiero a los equipos británicos en esta fase: quiero al Arsenal contra el Madrid y al Liverpool con el Milan, las revanchas de rodas las revanchas. ¿Qué es eso de que queremos al Liverpool por afán de revancha? ¡Que se revancheen ellos!. Aún recuerdo a nuestro presidente poniéndose a tararear canciones de los Beatles cuando el año pasado nos tocó el Liverpool. ¡Vaya manera, una más, de hacer el ridículo!.
La frase que no comparto con Rijkaard –ahí no me ha leído el pensamiento- es esa de que estará en el Barça hasta que le echen. Quiero creer que lo ha dicho en sentido figurado, porque a mi me sabría muy mal que también él, como casi todos los grandes entrenadores del Barça, terminara saliendo por la puerta falsa. Primero, deseo que Frank esté al frente del Barça durante muchos años, para lo cual sólo le aconsejaría una remodelación de todo el staff que le acompaña, desde los segundos entrenadores hasta los servicios médicos y preparadores físicos. En el Barça sólo deben tener cabida los números uno: él lo es pero tengo mis sospechas de que no lo son algunos de los que vegetan a su lado. Quiero que sea el propio Rijkaard, llegado el momento que confío en que sea dentro de muchos años, quien decida cuándo da por finalizado su ciclo azulgrana. ¡A ver si esta vez también me lee y me hace caso!.

Positifo: la recuperación de lesionados enigmáticos, como Deco y Touré -¿por qué tanto misterio en torno a las bajas de los jugadores del Barça?- lo que parece indicar que todo el mundo –menos el ya crónico Toto Henry- quiere estar en condiciones de afrontar los dos partidos cruciales que se avecinan.

Nejatifo: el fichaje de Fabio Capello como seleccionador inglés tras la negativa de José Mourinho, una clara apuesta por el resultadismo pero que rompe con la tradición romántica y con una marcada personalidad, que seleccionadores como Bobby Robson le dieron a Inglaterra con jugadores como Chris Waddle, Paul Gascoigne, David Platt, Glenn Hoddle, Paul Ince o Gary Lineker, un perfil de jugador que ahora difícilmente tendría cabida en el equipo dirigido por el nuevo y rudo seleccionador.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca !