Las renovaciones de Iker Casillas e Iván Helguera, cuando el Madrid ha tocado fondo en la sima de su aguda crisis, me preocupan por lo que tienen de autocrítica por parte del presidente madridista y gran artífice del desaguisado blanco. O sea, Florentino Pérez. Hace un par de años, su huída hacia delante habría sido entrar a saco en el Barça a por Ronaldinho, echarle los tejos a Thierry Henry, firmar un precontrato con Michael Ballack o pedir precio por Kaká (aunque a este lo desestimó, lo mismo que a Milito, por considerar que esos nombres no eran serios: seguro que, con él, Pirri no habría pasado del Castilla). Ahora creí que daría un caramelo a su prensa y ficharía a Luca Toni, al propio Ballack o haría una OPA por Ashley Cole.
Pero va a ser que no. Tras el galacticidio del Barça en el Bernabeu, Florentino empieza a cambiar de filosofía y de modelo, ignora su promesa de fichar “cada año al mejor del mundo” y se decide finalmente por asegurar lo que es la base de todo buen equipo. Su idea inicial era la de crear una especie de parque temático del fútbol en el Bernabeu, con los mejores acróbatas, domadores y encantadores de serpientes. Al final, se ha dado cuenta de que lo que más abundaba en ese circo eran los payasos y, como a la fuerza ahorcan, ha bajado personalmente a la arena para rectificar. Nunca es tarde aunque los Makelele, Cambiasso, Solari, Morientes, Figo y hasta Munitis, trabajan ahora bajo la carpa de los Hermanos Tonetti.
Positifos: 1) que el Liverpool ya es cuarto en la Premier y con un partido menos (ante el Arsenal en Anfield), lo que podría darle la segunda plaza. Es un peñazo de equipo pero es el único que planta cara al Chelsea, que ya les tiene la moral comida al Manchester United y al Arsenal. ¡Hay Premier!.
2) que Ronaldinho esté a punto de ganar su segundo FIFA World Player (los finalistas son él, Eto’o y Lampard), y que Eto’o pueda convertirse en el primer jugador africano que queda primero de su continente por tercer año consecutivo (compite con Droga y Essien, del Chelsea; Adebayor, del Mónaco y Chamakh, del Burdeos).
Nejatifo: el enorme desnivel que se produce entre la Liga de Campeones y la Copa de la UEFA. Esperemos que bajen los terceros de la Champions para darle altura a un torneo que, con partidos como el Brondby-Espanyol, debería indemnizar a los telespectadores.
En Ítaca todos los partidos son por la paz
Florentino entra en vereda
jueves, 1 de diciembre de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 12:38 a. m.
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