Cesc, Reina, Fran Mérida y Piqué

Si yo fuera presidente del Barça, procuraría no decir que Barcelona es la ciudad que lleva el nombre del club, y me abstendría de afirmar que, si el país no obtiene la independencia, habrá que crear la República Catalana del Barça. Por suerte, Catalunya es más que un club y más que un anuncio de IKEA, aunque sus dirigentes –los políticos y los deportivos- se obstinen en ponerla al mismo nivel. Algo que, a unos pocos nos provoca vergüenza propia (porque quienes se comportan así son nuestros representantes), ante tamañas majaderías.
Y, si yo fuera presidente del Barça, explicaría de un vez por qué dejamos escapar a lo mejorcito de nuestra cantera. Hablo por Cesc Fàbregas (en su juvenil era ignorado para dejar el puesto a otros que no han triunfado ni en 2ªB), reina (fue la torna en el fichaje de Belletti), Piqué (marginado por nieto de un directivo nuñista) y Fran Mérida (le dieron la baja by the face, para sentir remordimientos en cuanto lo vieron presentado por el Arsenal). Ahora se nos van los juveniles ¡hasta al Espanyol!.
Lo digo porque con esos chavales, ya tendríamos todo el equipo de casa, y se habría cumplido la profecía de mi admirado Louis van Gaal, cuando en el 2003 dijo que el Barça estaría preparado para ganar cinco años más tarde (o sea este año) la Copa de Europa con mayoría de chavales de la cantera. Algo que él podía augurar con toda la autoridad del mundo, porque lo había conseguido con el Ajax en 1995. Imaginaos los canteranos que jugaron el otro día contra el Atlético, con esos refuerzos: Valdés (Reina), Oleguer, Puyol, Piqué, Iniesta, Xavi, Cesc, Fran Mérida, Messi, Bojan y Giovani. ¡Que n'aprenguin!

Positifo: que haya siete jugadores del Barça nominados para el premio FIFA, lo que indica que tenemos una excelente plantilla y que el equipo no es dependiente de una única figura.

Nejatifo: que haya siete jugadores del Barça nominados para el premio FIFA, lo que de aquí a que se conceda esa distinción (y el Balón de Oro), vamos a asistir a la tabarra diaria sobre el particular, anteponiendo los personalismos al interés de la plantilla y el equipo.

¡bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca !