¡Felicidades, perdedores!

Como resultadista confeso, aunque soy catalán y del Barça, no me entusiasma ni lo de festejar derrotas ni lo de perder jugando bien. Por lo tanto, el partido de Anfield me ha dejado mal sabor de boca, porque yo iba con el Chelsea y con Mourinho. Me alegro por los seguidores de los reds, por sus jugadores y hasta por Rafa Benítez, porque ayer todos ellos estuvieron a la altura de su historia. Supongo que el resultado habrá hecho muy felices también a los tifosi del Milan. Pero no puedo sentirme identificado con quienes el año pasado renegaban del Oporto o de los griegos eurocampeones y hoy, por resentimiento, por pura hipocresía, vuelven a ser felices por una derrota. Por la de Mourinho, naturalmente. ¡Felicidades, perdedores, hoy es otro día grande para todos vosotros!

Y volvió a abochornarme la irrupción en el terreno de juego de ese energúmeno disfrazado de catalán, que si se entrega a tan esperpéntica conducta es porque cuenta con partidarios que lo financian y que se regocijan con sus actuaciones. (Por cierto, ¿por qué la UEFA no averigua quién es este sujeto y quién le apoya? ¿por qué actuó contra Figo y contra Mourinho? ¿por qué utiliza símbolos barcelonistas? ¿por qué no actúa el Barça, desmarcándose nítidamente de él, para evitar especulaciones sobre quien lo apoya financieramente?).

Bravo Liverpool (comentaré mañana la inédita final, tras el PSV-Milan), y lo felicito con la misma deportividad con que John Terry, el capitán del Chelsea, se ha abrazado al final del partido a Steven Gerrard, su antagonista. O del mismo modo que José Mourinho ha ido estrechando la mano de sus adversarios, comenzando por Rafa Benítez. O como he visto también repartir apretones de manos a Roman Abramovich, en la tribuna.

Es tan grande el fútbol inglés que puede convertir en extraordinario hasta un partido de calidad mediocre, como el de ayer, en el que se premió (con un gol inexistente, por cierto), la defensa encarnizada de una camiseta. Un fútbol inglés que en una competición de rango inferior, como la Carling Cup, ya nos deparó otro épico Chelsea-Liverpool (3-2 en la prórroga, aquella vez para los blues), y que, una vez liquidado el título de la Premier, nos reserva una sublime final de la FA Cup, Manchester United-Arsenal.

Y después, ¡qué largo se nos va a hacer el verano hasta que comience otra vez el campeonato en Inglaterra!. Recuerdo la frase con que mi admiradísimo Sir Bobby Robson, trató de disuadir a Sir Alex Ferguson, cuando,hace un par o tres de años, el escocés dijo que quería abandonar el fútbol. “¿Ya te lo has pensado bien?” –dijo el entrañable Sir Bobby- “¿ya has pensado qué vas a hacer los sábados por la tarde?”.


¡Bona nit i Visca el Barça!