¡Campeones, neng!

La fiesta azulgrana ha sido extraordinaria. La ciudad y el equipo han vivido una jornada de idilio, una fiesta primaveral, iniciática para muchos de los jóvenes seguidores del Barça como para casi todos los jugadores. Además de jugar muy bien, además de contar con un entrenador que transmite credibilidad y confianza, una de las cualidades envidiables del actual campeón de Liga es la juventud de sus componentes. Existe una gran conexión entre estos jugadores y un público adolescente, ansioso de contar con referentes y de poseer ídolos con los que identificarse: Oleguer, Puyol, Ronaldinho... Hoy eran sus héroes, pero unos héroes cercanos, visibles, con ganas de marcha como ellos, no los multimillonarios mitos del balón. Temía que la fiesta estuviera demasiado pautada, rígida, programada, pero ha sido un dechado de jovial espontaneidad. Un público juvenil, y también decenas de miles de nuevos catalanes inmigrantes, han vivido una jornada que ya no olvidarán nunca.
Como nosotros no olvidaremos Basilea, ni Wembley, ni las muchas ligas (esta es la séptima en los últimos 15 años), que el Barça ha ganado para hacernos felices, para que no siempre tengamos que sentirnos frustrados, acomplejados, perdedores. Este ha sido un fin de semana, un final de temporada, feliz para el barcelonismo. Y hasta quienes nos mostrábamos reacios a romper con la tradición de acudir a Sant Jaume debemos aceptar que todo ha sido fantástico. ¡Visca el Barça i visca Catalunya, neng!.