Alirón ante el Villarreal

Comprendo, pero no comparto, la impaciencia de muchos barcelonistas por cantar el alirón de una vez. Si ello se produce este fin de semana, bienvenido sea, aunque tampoco comparto la increíble falta de respeto que observo hacia el Levante, un equipo que me cae fenómeno. Pero personalmente prefiero que el Barça se proclame campeón ante su público y en el Camp Nou. Como el calendario nos ha gastado la jugarreta de acumular dos desplazamientos consecutivos -los dos de Valencia- ese partido sólo puede ser el del Villarreal, en la penúltima jornada de la temporada.
¿Os lo imaginais, con un poco de romanticismo? Gran rival para un partidazo, un cálido 22 de mayo (dos días después del aniversario de Wembley), tal vez los dos equipos que mejor fútbol practican en la Liga y en un escenario magnífico. Si hemos esperado cinco años para celebrar otra liga (la séptima en 15 años) ¿nos vendrá ahora de una semana...? Cuando al Chelsea se le presentó la primera ocasión de ganar la Premiership, de carambola y a costa de que perdiera el Arsenal, José Mourinho y la selecta afición blue se mostraron contrarios a esa opción. ¡Y eso que ellos han esperado medio siglo para ganar la Liga!.
Que el Barça será campeón, es algo irreversible desde hace jornadas. Es más: en este mismo blog creo haber escrito que en el Bernabeu, con independencia del resultado, los jugadores del Madrid ya le tenían que haber hecho el pasillo al campeón. También hace ya tiempo expresé mi deseo de que el Barça se proclamara formalmente campeón en su campo y ante su público. Y eso mismo lo repetí el martes en La Graderia (RàdioBarcelona), el miércoles en Tú diràs (RAC1), lo escribí ayer en la contraportada de Mundo Deportivo y, Dios mediante, volveré a exponerlo esta noche en Força Barça, el programa de Alfons Arús en Citytv. En todos esos foros (y espero que en el de esta noche también), mi opinión ha provocado discrepancias y discusiones discutida pero ha sido respetada (como yo respeto al Levante, repito).
Contrasta ese ejercicio de libertad con la intolerancia neofascista (y lo que más me apena y apenaría a Joan Gamper y a Josep Sunyol, es verla camuflada de azulgrana) que pretende infectar este blog con el propósito de imponernos su pensamiento único. (Aunque pensamiento y único, son conceptos antagónicos).