De Guruceta al cochinillo

Interrumpo mis vacaciones de Semana Santa (y aprovecho para cerrar el blog hasta el lunes de Pascua) a petición de este público al que tanto quiero y al que tanto debo, sólo para precisar mi punto de vista sobre dos temas conflictivos, dejando abierto el foro para que cada uno opine libre y democráticamente al respecto: 1) el “caso Guruceta” y 2) el tan reclamado cierre del Camp Nou por lo del cochinillo.
Lo de Guruceta es simple, claro y diáfano: Emilio Guruceta Muro, un joven y prometedor árbitro vasco, pitó como penalti un empujón de Rifé (Barça) a Velázquez (Madrid), un metro fuera del área. Escándalo monumental, amago de retirada del equipo azulgrana capitaneado por Eladio, incidentes en las gradas, cargas policiales en Les Corts (yo vivía entonces en Vallespir y juro que hasta la madrugada hubo “guerrilla urbana”)…y el Madrid clasificado para la final de Copa, olé tus cojones.
¿Lo del cochinillo y por qué no se cierra el Camp Nou?...Hombre, ya lo cerró Milans del Bosch durante una temporada en plena dictadura de Primo de Ribera, hace ahora 80 tacos y, a lo que se ve, no faltan nostálgicos de aquéllos métodos.
Pero todo es más transparente de lo que algunos sugieren: El público del Camp Nou ya fue sancionado por el Ministerio del Interior pepero con una fuerte multa al club azulgrana por aquel partido entre el Barça y el Madrid en que algún descerebrado dejó caer una cabeza de cochinillo en un lateral del campo, fuera del rectángulo de juego. En consecuencia, ese mismo comportamiento no puede ser juzgado y sancionado nuevamente por otra legislación, la deportiva, a menos que se quiera perpetrar con el Barça un nuevo atropello que resultaría muy provechoso para alimentar uno de sus rasgos más característicos: el victimismo.

Por cierto que yo no descarto que la cabeza del cochinillo fuera arrojada al lateral del Camp Nou (en la zona defensiva del Madrid y cuando Roberto Carlos iba a lanzar un fuera de banda y era el objetivo de las cámaras, no en la banda atacante de Figo, como se tergiversa) por algún seguidor del Madrid, incluso por el mismo que agredió un par de años antes a Pepe Reina en el Bernabeu. Pero, al igual que entonces, ninguna mala fe.