La política de rotaciones "ha provocado que de vez en cuando hayamos hecho cosas que están un poco alejadas de lo que queremos tácticamente", dijo Frank Rijkaard en Catalunya Ràdio, donde asumió como errores propios los cambios introducidos en el equipo en Chelsea (donde pasó a los famosos tres defensas) y en Madrid (donde terminó con cuatro delanteros). Me encanta la autocrítica: ¡hasta yo la practico a veces!. Pero lo que procuro no hacer es tratar de engañarme a mí y de engañar a los otros. Que mi admirado Frank diga que se equivocó, me parece de una generosidad admirable para comerse un marrón que les corresponde a los jugadores. Te pasas de bueno, Frank. Porque los cambios introducidos en Stamford Bridge y en el Bernabeu, ambos de un neto perfil atacante para tratar de remontar un resultado adverso, a mi me parecieron impecables, aunque ello me obligue a ir, una vez más, a contracorriente. Fallaron estrepitosamente jugadores con ilustres nombres propios más que el mister.
En cambio, no comulgo con la afirmación de que las modificaciones tácticas se hayan producido como consecuencia de la política de rotaciones. Ahí no trago. Alinear el centrillo del campo en el Bernabeu (quicir, los tres pitufos), no obedecía para nada a dar un descanso a Márquez, Motta ni Edmilson, sino a jugar una baza que se le había susurrado con insistencia desde los aledaños de Cruyff. Mi colega Joan Patsy, sin ir más lejos, ha patrocinado esa idea desde las tribunas de El Rondo (TV2) y del Tu diràs (RAC1). Y yo he secundado esa idea, ¡pero no para el Bernabeu o Stamford Bridge!, como dejé constancia en el post del pasado viernes, 48 horas antes del suceso.
También me sorprendería que la presencia de Thuram en el equipo fuera sólo debida a las rotaciones pues ello supondría admitir que el grandísimo defensa internacional francés, una de las piezas angulares de la Juve en los últimos años, no da la talla para ser titular en el Barça. Lo cual dejaría en muy mal lugar al responsable de su fichaje.
En fin, que alabo lo que de sincera tiene la autocrítica de mi admirado Frank, el mejor entrenador que hemos tenido en toda nuestra historia, pero no me trago la cuota de "políticamente correctas" que contienen sus declaraciones. En ocasiones como la presente, uno puede seguir siendo un trozo de pan, pero mojado en una poca de mala leche.
Positifo: que dos chavales del filial, como Olmo y Jeffren, estén convocados para el partido de esta noche en Badalona. En las cuatro temporadas de Laporta en la presidencia, Messi y Jorquera son los únicos jugadores subidos del filial al primer equipo, un pobrísimo balance para el club que ha formado a Reina, Cesc, Luis García, Puyol, Xavi, Gabri, Iniesta, Motta, etcétera.
Nejatifo: que siguen cayendo como moscas los delanteros en el fútbol europeo. Fred (Lyon), es el último en incorporarse a una lista en la que figuran Eto'o, Owen, Cissé, Pires, Kewell, Maxi Rodríguez, Martin Petrov...
¡Cap a Ítaca, amb parada i fonda a Badalona!
Te pasas de bueno, Frank
martes, 24 de octubre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 8:44 p. m.
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