Por si alguien dudaba de que los intereses de los clubs y los de las selecciones son antagónicos, que se fije en lo que ocurre con los jugadores del Barça. Ronaldinho está siendo sometido a una inmisericorde lluvia de críticas en la prensa brasileña, tras su presencia sólo testimonial en Kuwait, que aconsejó a su seleccionador a cambiarlo en el descanso. Me lo temía, sabedor de que el número uno del mundo está en un bache, como dolorosamente hemos tenido que poner de relieve en este modesto rincón. O Globo pide que Ronaldinho no sea titular ante Ecuador (el martes, en Estocolmo); O Estado de Sao Paulo denuncia "la apatía" del jugador del Barça y dice que Dunga, el técnico canarinho está "muy preocupado con el bajo rendimiento del astro". "Ronaldinho Gaúcho aún no convence a Dunga", "Ronaldinho desvela a Dunga" y "Ronaldinho preocupa", son otros titulares de la prensa brasileña, según la agencia Efe.
¿Y Puyol? También sabemos y hemos tenido el pesar de escribirlo con mano temblorosa, está hecho un manojo de nervios. Pero Zapatones, con el desespero propio de quien vendería a su madre para salvarse, lo ha convertido en el chivo expiatorio de sus desgracias, que no son pocas. Y mientras, el entorno mediático de la selección también mete a Xavi en la pole position de sus críticas.
Que las federaciones no indemnicen a los clubs por convocar a sus futbolistas, me parece un abuso inadmisible en pleno siglo XXI. Que algunas, como la francesa, obliguen a jugadores veteranos que no se ven capaces de mantener el doble calendario de su club y de la selección, lo considero una nueva forma de esclavitud, como ya denunció en su momento un entrenador muy admirado por mi, portugués y amante del buen teatro para más referencias.
Si todo eso sucede en la víspera de la etapa reina de la temporada, cuando el Barça debe enfrentarse por dos veces al temible Chelsea y visitar ese rastrillo de la liga que es el Bernabeu, y si encima esos jugadores vuelvan devaluados a su equipo y ¡vilipendiados por sus propios seleccionadores!, rebasa todos los límites de lo tolerable. En consecuencia, y tras meditarlo seria pero apasionadamente, propongo que nuestra directiva -si sus múltiples viajes institucionales se lo permite- se dedique a defender el buen nombre de nuestros internacionales, a pedir explicaciones a los seleccionadores que se pongan en plan borde y a amenazar con declararnos objetores internacionales. Que no sé muy bien qué quiere decir, pero ya lo iremos argumentando sobre la marcha.
Positifo: la presencia generosa de Frank Rijkaard en todos los medios que la han reclamado, en estas dos semanas sabáticas para el fútbol de clubs. Esta tarde estará en La Graderia, de Ràdio Barcelona (20,30 h.), lo que nos da otra oportunidad de profundizar en sus opiniones, siempre interesantes y alejadas de los tópicos al uso.
Nejatifo: que parte del dinero del zozi que destinamos a causas nobles para promocionar la figura de Laporta no lo empleemos en restituir nuestro nombre original a las secciones de baloncesto y balonmano, ahora camufladas y desvirtuadas bajo marcas comerciales (a más de haber perdido esa lozana hegemonía de antaño).
¡Continuem avançant cap a Ítaca!
Seleccionadores sanguijuela
martes, 10 de octubre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 12:12 a. m.
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