A la baja de Samuel Eto'o ha respondido el equipo como debía. No ignoro que tuvimos de cara la suerte de los campeones, que el árbitro cometió un atropello al dejar al Athletic con diez (nosotros también jugábamos y seguimos jugando con uno menos hasta el minuto 90), pero el triunfo azulgrana es inobjetable. Lo es por la actitud mostrada por casi todos los jugadores del Barça. (Y digo casi porque hubo uno que pareció borrarse). ¡Qué grandísimo gol de Gudjohnsen! Porque el pase de Xavi, con su sello personal, no puede sorprendernos pero la forma en que el islandés se prepara el remate, dejando que el balón le supere, sin la torpeza propia de tantos delanteros que intentan pisar el balón, pararlo, acomodárselo...Xavi se lo sirvió en bandeja y Gudjohnsen hizo los honores a tan fantástica asistencia con un golazo. Y luego lo de Saviola, un rematito sin veneno pero como broche a una jugada propia de la casa en la que intervino ¡hasta Ronaldinho!.
Ganar en el Bocho tenía una importancia capital. Deportiva y psicológica. Sólo el Valencia, un equipazo y un gran entrenador, ha estado también a la altura. Porque el Madrid, acostumbrado a una existencia parasitaria que se nutre del error ajeno, estaba al acecho, presintiendo algún signo de debilidad. Esperaban un domingo de resurrección y se han encontrado con un anticipo del Día de Difuntos. Porque los triunfos del Barça, Valencia y Sevilla, unidos al meneo de fútbol que les dio el Atlético en el Bernabeu, sí que permiten hacer un mal diagnóstico del paciente. El kun Agüero (no es Messi, desde luego) les ha perdonado la vida. Si Eto'o tiene para cinco meses (que serán menos, estando en tan buenas manos), la convalecencia del Madrid va para más largo. Y todo por no meter el bisturí a tiempo.
Positifo: que Raúl siga metiendo goles y convirtiéndose en el eje de las discusiones en torno a su equipo y a la selección española. Con ello se hincha un globo de humo y se convierte en gran estrella mediática a un jugador de pasado brillante pero de presente mediocre y futuro obsoleto.
Nejatifo: que la defensa del Barça sigue dando demasiados síntomas de nerviosismo y de inseguridad, como quedó patente una vez más en el primer cuarto de hora de San Mamés.
¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!
Mejorando lo presente
domingo, 1 de octubre de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 11:45 p. m.
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