Cada vez que abre la boca Johan Cruyff, sólo consigue irritar a una parte del barcelonismo, entre la que me incluyo. Sí, ya sé que hay otra que espera las palabras del Sumo Hacedor de Prodigios como los integristas religiosos esperan las pastorales de sus popes. Ya sabemos que la forma traumática y grosera en que Cruyff fue destituído como entrenador, fue aprovechada por un sector golpista del barcelonismo para convertirlo en emblema de una causa, el cruyffismo, con la que socavar y debilitar la institución. El famoso entorno fue entonces fundamental para deteriorar el que muchos, dentro y fuera de España, consideraban un club modélico y que, con Bobby Robson primero y Louis van Gaal después, recuperó la brújula perdida.
Consecuencia de aquella kale borroka deportiva, de aquel soplar para que el balón no entrara, de aquel remar en sentido contrario: el Barça dividido (a los leales al club que no nos sumamos al levantamiento se nos pasó a llamar nuñistas, porque la etiqueta nos equiparaba en sectarismo a los golpistas). Un Barça perdedor (excepto en el reducto ¿nuñista? del Palau), abandonado en manos de un histrión megalómano que lo llevó a la ruina y la desmoralización en un abrir y cerrar de ojos y, en fin, una espiral de hundimiento galopante que era el urdido por los oportunistas para la toma del club.
Sigamos con esta pincelada de historia en este apacible Rincón del Laportista: Los mal llamados nuñistas, que no eran adictos a una persona, a un modo de gestionar el club, a un pensamiento o a un modelo, sino leales a la institución, apenados por ver el daño que se infligía a su club desde dentro, nunca se han organizado como tales: ni existían antes ni existen ahora. No es preciso que se mire con lupa a cualquier ex candidato o a cualquier plataforma que le tire de las orejas a Laporta: eso no es nuñismo…a menos que se vuelva a etiquetar como tal a todo aquel (verbigracia un servidor), disconforme con la actual directiva y dolido por la sañuda forma como se organizó la demolición del Barça en el momento mejor de su historia.
¿Por qué digo que Cruyff desestabiliza? ¿Lo afirma de un modo gratuíto y movido, como asegura él, por el resentimiento y el despecho? Porque, a diferencia del nuñismo, inexistente, el cruyffismo sí que ha existido, sigue existiendo y –a los años recientes me remito- ha sido utilizado para dividir y enfrentar a los propios aficionados. Cruyff (ya sé que no de un modo directo) ha desalojado del club al directivo responsable del fútbol (Rosell), al de los servicios médicos (Monés) y ha copado todos los puestos del organigrama técnico con hombres de su estricta obediencia (Begiristain, Rijkaard, Alexanko, Eusebio, Amor…) y lo mismo ha hecho en los servicios médicos (Tramullas).
Alguien dirá: “Bueno, ¿y qué?¿no hemos ganado la Liga?”. Puntualizo: eso no lo dirá alguien, lo dirán todos los cruyffistas. Lo dirán y lo aplaudirán. Pero he visto salir a los mejores directivos por la puerta falsa, que discrepaban de esa idea, y ahora veo que un futbolista del primer equipo, Xavi (cantera Van Gaal, lo mismo que Puyol, Gabri, Motta, Iniesta y Víctor Valdés), tampoco se mostraba muy conforme con ese protagonismo. Un futbolista al que los cruyffistas ya empezais a borrar de vuestras alineaciones (si eso no es desmontar un equipo...)
Haber inoculado el virus de la desmembración en la directiva del cambio radical, controlar todo el aparato del primer equipo y crear reticencias en el vestuario yo lo considero factores de desestabilización del Barça. Y ello sin contar con que más del 70 % del barcelonismo considera a tan insigne personaje como el gran cáncer de este club. Pero también comprendo que su relación con el actual presidente del Barça, que no lo sería sin la simbiosis entre ambos, es semejante a la que se estableció entre Rasputín y la zarina Alejandra (tocaya, por esas coincidencias de la vida, de Alejandro Echevarría).
Nejatifo: Dani García Lara podía haber permanecido en el Barça cobrando y viviendo de la sopa boba. Pero consideró inadmisible el mobbing de que era objeto y cambió de club. Ahora, podía quedarse chupando del bote en el Espanyol, pero no soportaba el bulling de que era objeto y ha pedido la baja. No entiendo como a este futbolista le hemos cargado la etiqueta de vividor y parásito cuando ha antepuesto su dignidad y su libertad a estupendos contratos que le permitían holgazanear y vivir del cuento, como hacen tantos de sus compañeros de profesión, mejor considerados.
Positifo: Que haya empezado ya de una vez el fútbol. ¡Qué gozada descubrir alineaciones, hacer zapping y pasar de Olazábal a Tamudo en la China, ir a livescore y ver que el Supervalencia (¿de verdad lo veis favorito? si es un polvorín…) sólo ha empatado sin goles en Gante! Y, algo curioso que no permite sacar conclusiones porque les pasa a todos los grandes y en todas las pretemporadas: el Madrid no era capaz de ganar al Chivas…hasta que se retiraron todos los galácticos. Luego, con Megía, Soldado, Guti y cuatro cañas más, le metieron tres al equipo mexicano.
¡Quina sort, a Ítaca no hi ha entorn ni Rasputins! (La zarina, si vol, que vingui)
Rasputín Cruyff y la zarina Laporta
lunes, 18 de julio de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 12:19 a. m.
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