Navego a la deriva, malgré moi, como Ulises en su viaje a Ítaca. Quería dedicar estas jornadas previas a las vacaciones al Real Madrid. Iba bien encaminado con los artículos "El Madrid subcampeón de invierno" (donde hice mi particular interpretación del sorteo del calendario) y "¡Guti quédate!" (en previsión de las escaramuzas que le esperan a Luxemburgo si se deshace del glamuroso rubio). En días sucesivos, mi idea era profundizar en el rechazo que sufrirá Robinho, la nueva versión de Didí (por si no había quedado claro), en el fiasco empresarial de los Marqueses de la Contrata (Florentino, Tapias, Del Pino, etcétera), vinculados al Madrid y a la ex candidatura olímpica. Quería decir que Singapur fue su Némesi y esperaba disfrutar con ese y otros artículos de los que tienes tan claros que te brotan solos, que te obligan a echarte sobre el teclado y aporrearlo con frenética voracidad creadora.
¡Que feliz habría sido yo escribiendo esos comentarios que ahora me parecen ya rancios e inadecuados! Escribirlos con tanto retraso y sin la espontaneidad del momento en que te vienen al caletre, me parecería el clásico recurso del que no tiene material fresco y echa mano de los congelados o de las sobras del día anterior para terminar cocinando un producto insípido, disgustado y bajo en calorías.
¿Qué me ha pasado? ¿Qué jodida musa me ha impuesto escribir algo distinto de lo que yo pretendía? ¿Por qué, si quería meter el dedo en la llaga madridista, he vuelto al disco rayado de Laporta y sus allegados, que me aburre, me fastidia, me joroba y me deprime? ¿Quiénes son Laporta y Echevarría para imponerme los temas, para obligarme con sus groseras chulerías a que no escriba sobre el Madrid y tenga que volver, dale que te pego, a comentar sus andanzas?Me arrastran y empujan estos individuos a fustigar sus desafueros hasta convertirlos en mis alucinaciones y paranoias.
Confío en que llegará el momento en que me olvidaré de ellos, dejaré de escribir al dictado de sus extravagancias casposas y volveré a escribir con libertad, sin que me tengan agarrado por las pelotas. Pero no va a ser fácil porque, con su exhibicionismo desmesurado de arribistas patosos, con su indisimulada ambición, con su contaminación del barcelonismo, vuelven a despertar mis obsesiones y entones me abalanzo sobre el teclado y a gusto escribiría: "¡Cabrones, siempre me hacéis lo mismo! ¡Me tenéis hasta los cojones!".
Pero no quiero ponerme a su nivel y os emplazo a que entre todos le devolvamos a este blog la moderación y sensatez que pretendía poseer. No caigamos en provocaciones, no les hagamos el juego, no nos dejemos intimidar pero tampoco abandonemos el Barça en sus torpes manos. Vendrán tiempos difíciles pero nunca caminaremos solos. Y, desoyendo los cantos de sirenas que quieren llevar nuestro barco contra los arrecifes, retomo el timón, viro en redondo, pongo la proa a Ítaca y os copio estos sublimes versos, mientras los escucho de fondo en la voz de Lluís Llach, para resarcirme de tanto mal gusto como hemos tenido que soportar en los últimos días:
Quan surts per fer
el viatge cap a Ítaca
has de pregar que el camí sigui llarg,
ple d'aventures, ple de coneixences.
Has de pregar que el camí sigui llarg,
que siguin moltes les matinades
que entraràs en un port
que els teus ulls ignoraven,
i vagis a ciutats
per aprendre dels que saben.
Tingues sempre al cor la idea d'Ítaca.
Has d'arribar-hi, és el teu destí,
però no forcis gens la travessia.
És preferible que duri molt anys,
que siguis vell quan fondegis la illa,
ric de tot el que hauràs guanyat fent el camí
sense esperar que et doni més riqueses.
Ítaca t'ha donat el bell viatge,
sense ella no hauries sortit.
I si la trobes pobre,
no és que Ítaca t'hagi enganyat.
Savi, com bé t'has fet,
sabràs el què volen dir les Ítaques* (*)
Esta es la versión en catalán de Carles Riba. En Google hallaréis numerosas traducciones al castellano y a otros idiomas del poema Ítaca del giego Konstandinos Kavafis.
Positifo: Que los dos nuevos directivos del Barça coincidieron anoche en señalar “Basilea” como el momento culminante –y para ellos el más emocionante- de la conexión entre el Barça y su pueblo. Un momento que Núñez no quiso explotar para darse autobombo y que sus adversarios trataron de borrar de la memoria y la historia barcelonistas.
Nejatifo: Que después de haberlo echado de Europa con un gol (De Luiis García para el Liverpool) que nunca traspasó la raya, en Inglaterra siga la persecución contra el Chelsea y su técnico, José Mourinho, por denunciar la discriminación de que es objeto su equipo y los privilegios que conceden a sus rivales. Especialmente al mediocre Arsenal de Arsène Wenger y Thierry Henry.
¿Más Ítaca...? ¿No teméis que el detector de Ítacas se dispare durante toda la noche...?
¿Quién maneja mi barca?
jueves, 14 de julio de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 12:15 a. m.
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