Si no llevara tantos años de periodista deportivo, podría incluso llegar a creerme eso de que un entrenador ha querido dar "un toque de atención" y chorradas por el estilo, cuando lo único que quería era dar descanso a un par de jugadores que no estaban en su mejor momento físico y mental (porque lo segundo es consecuencia de lo primero) y a los que quiere y necesita recuperar, en lo físico y en lo anímico, para lo fuerte de la temporada, que lo tenemos aquí.
Del mismo modo que hubo quien quiso ver turbias maniobras en algo tan sencillo (pero valiente y responsable por parte del entrenador), como hacer una alineación en la que no figuran cuatro titulares, ya hay quien augura pésimas consecuencias que van a derivarse de todo ello (he dicho cuatro titulares, a saber: Van Bronckhorst, Márquez, Deco y Ronaldinho).
¿Consecuencias? Sólo positivas. Para empezar, quienes dudábamos –con un servidor a la cabeza- de que Frank Rijkaard fuera capaz de gestionar una plantilla tan amplia y competitiva, nos hemos tranquilizado. Segundo: las vacas sagradas, pero sobre todo el público y el periodismo deportivo en general, han visto que no hay jugadores tan imprescindibles como podría creerse. Que a este equipo le quitas a cuatro titulares (repito: cuatro de golpe), y sigue siendo un gran equipo. O, lo más curioso: vuelve a ser un gran equipo.
Los alarmistas se preguntan (¡qué jodido interés les ha entrado de repente en arreglar el mundo!) si el entrenador "será coherente" y dejará fuera de la alineación del Barça a Deco y Ronaldinho ante el Udinese. ¿Serán mastuerzos, los tíos? De entrada, Rijkaard se ha ganado el derecho a hacer ante el Udinese el equipo que crea más adecuado. Su decisión del día del Betis, coronada por el 1-4, no le hipoteca en nada sino que le concede un amplio crédito: hoy no está atado de manos sino que las tiene mucho más libres para hacer la alineación (como mañana daré yo la mía y espero que vosotros deis las vuestras).
Presionarle para que repita equipo -¿con Edmílson, pregunto? ¿con Larsson?- no es sino la pataleta de alguien que no sabe aceptar las cosas con deportiva humildad: "Señor Rijkaard, yo creí que usted cometía un error ante el Betis pero debo admitir que el equivocado era yo. Le felicito". ¡Y no pasa nada!
Así es que ahora, a completar la segunda parte de la valiente, responsable y acertada decisión de Rijkaard: que contra el Udinese podamos recuperar al mejor Deco y al Ronaldinho más implicado y menos egoista. Y, si encima no pitamos a Víctor Valdés, esto será Hollywood.
Positifo: Lo que está consiguiendo Bernd Schuster en el Getafe, aunque no faltan quienes dicen que eso no tiene ningún mérito, que el mérito es de Quique Sánchez Flores.
Nejatifo: Que se haya cortado la gran racha de mi admirado Louis van Gaal con el modesto AZ de Alkmaar, encima en una semana en la que se juega el ser y no ser en la Copa de la UEFA.
Nit de llampecs sobre Barcelona, que farà que algú confongui Ítaca amb l'illot tenebrós de “La pell freda”
Tócala otra vez, Frank
lunes, 26 de septiembre de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 1:05 a. m.
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