Un consejo: no nos dejemos comer el coco por quienes reniegan del juego practicado por el Barça en Bremen. No caigamos en la trampa de decir que ese no es el estilo que corresponde a la tradición y la exigencia de nuestro equipo. Hoy, al ver que en algunos periódicos se comparaba al Barça con el Chelsea me he temido lo peor. Luego, hasta Deco ha tenido que pedir un poco de comprensión en la rueda de prensa y reclamar el derecho a jugar –“a sufrir”, ha precisado- como lo hacen el Chelsea y el Milan. Que un futbolista de nuestro equipo, precisamente el mejor y más decisivo en aquel partido, tenga que pedir disculpas por ganar indica que somos carne de frenopático.
Personalmente siempre he creído que ganar ya es en sí mismo un espectáculo. Ganar con buenas artes, dentro de los reglamentos, con deportividad. Y si además se gana jugando bien, dando espectáculo, miel sobre hojuelas. Aún recuerdo a Ángel Fernández diciendo aquello de que al campo del Besiktas (3-0) no se podía ir a "hacer bailes de salón". Tengo sesenta tacos (aunque no los aparento) y desde pequeño, o sea desde hace más de medio siglo, oigo decir que somos el mejor equipo del mundo. No seré yo quien lo niegue pero, ¡cordills!, ganemos también alguna vez de forma sistemática los grandes títulos.
Hace un año, amics per sempre, cuando nos ganó el Milan en San Siro, el ambiente barcelonista se dejó contaminar por la autocomplacencia de que ellos, ¡jodidos resultadistas!, se habían llevado los puntos pero nosotros habíamos puesto el espectáculo. ¿De verdad alguien en su sano juicio cree que tenemos que ir nosotros para que los Pirlo, Kaká y Shevchenko sepan lo que es jugar bien al fútbol…?
Cuando nos eliminó el Chelsea (que hoy juega en Charlton, segundo contra primero), hubo personajes eximios del laportismo que calificaron el fútbol de Mourinho y sus jugadores de “asqueroso” y Eto’o llegó a afirmar que jamás jugaría en un equipo como ese. ¿Recuerdo todo esto para hacernos mala sangre? Lo recuerdo como advertencia y precaución, porque se está impregnando el ambiente culé de la idea de que el Barça, ¡vade retro!, jamás puede ser resultadista. Que yo lo traduzco por "jamás podrá ser ganador al estilo de un Milan o un Liverpool" (once Copas de Europa entre ambos). Y me niego a seguir lo que me queda de la otra mitad de siglo aplaudiendo al mejor equipo del mundo…mientras los otros se llevan los títulos.
Y si en el Manzanares es el Atlético el que pone el fútbol –cosa que dudo razonablemente- pero nosotros nos llevamos los puntos –cosa en la que confío plenamente (3-4)- yo no seré tan muermo de irme a la cama preocupado y sin cenar.
Cuentan que el dibujante Ricard Opisso, siendo todavía un chaval, entró a trabajar junto a Antoni Gaudí a finales del siglo XIX, como delineante en la obra de la Sagrada Família. El día que obtuvo la plaza, en vez de dar saltos de alegría, llegó a casa con gesto de preocupación.
-¿No estás contento de trabajar al lado del señor Gaudí? –le preguntaron sus padres.
-Si, claro, pero…¿en qué trabajaré cuando esté terminada la Sagrada Família?
¡Gran humorista que supo interpretar con agudeza la mentalidad culé, este Opisso!
Nejatifo: que Messi siga sin poder jugar por la incuria de la directiva azulgrana que, para tirar balones fuera, se ha apresurado a hacerle un supercontrato al chaval, dicen que bajo la amenaza del padre de la criatura de llevárselo a otro club.
Positifo: que el Madrid prohiba al Espanyol alinear mañana a Juanfrán, cedido por el club merengue. Ello dice bien poco a favor del “campeón del señorío” y mucho de su pánico a que suceda con Juanfrán lo que ya le pasó con Munitis, Morientes, Valdo, Luis García y Eto’o, cuando los tenían cedidos a otros equipos. Por cierto que Luis García, ahora en plena racha, ya le metió dos con el Murcia, pese a que el equipo estaba matemáticamente descendido a Segunda (2-1).
Fins dilluns, que tot Ítaca només parlarà de l’AZ-Ajax
Resultadista pero honrado
sábado, 17 de septiembre de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 1:11 a. m.
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