Gracias, dioses del Olimpo por devolvernos ese elixir de la eterna juventud que es el fútbol. Una pasión que no se extingue, la resurrección de la carne, la vida perdurable y con tu espíritu. Y, cuando digo olé tus cojones al fútbol quiero decir lo que vamos a ver a partir de este fin de semana. El tornado en el que nos metemos, la vorágine de partidos de verdad que nos va a arrastrar, donde no se ventila el honor nacional sino lo más sagrado entre los humanos de nuestra época: la pasta, los títulos, el merchandising, el círculo virtuoso. Este es el fútbol que yo quiero, saber que juega el Chelsea, veamos ese Bayern (ojo con el Bayern again), el Inter del imperial Adriano, todo lo que se cuece allende los Pirineos, pero de verdad, no con los tíos formados, prietas las filas, regias marciales, oyendo un himno que les suena a chino por más que pongan cara de marine a la conquista de Ibo Gima.
Pido perdón: tenemos ya delante un jornadón de fútbol y yo, erre que erre, con mis desvaríos a ver si se me echa a la yugular la camada de lobeznos esteparios, digo mesetarios. Perdón de nuevo. Además, el cupo de las provocaciones ya lo rebasé con creces ayer, al pronosticar en el programa de Arús (qué guapas estaban Cristina Cubero y Mónica Palenzuela) que el Barça empatará con el Mallorca (1-1), y en La Graderia de Ràdio Barcelona, que el Espanyol volverá de Málaga con tres puntos (lo que le situaría en la clasificación por encima del Barça).
Eso era ayer tarde. Y, como el doctor que me asiste ve cada día el Força Barça, se ha apresurado a llamarme y me ha advertido que, o me tomaba la medicación, o volvía a recluirme en una celda de aislamiento. Le he hecho caso y ahora veo las cosas con mayor nitidez: el Barça gana al Mallorca, pero no me digais por cuanto. Y lo veo así de claro porque o se frena en seco la polémica Messi o veo a nuestro querido més que un club metido en un agujero negro. Porque, sin disculpar la negligencia del club con este jugador, ¿alguien habría dado tanto protagonismo a Messi si el Barça hubiera vuelto de Vitoria con un 1-4, como en tiempos de mi admirado Van Gaal? Y también me da lo mismo que no pudamos contar mañana con Eto’o porque lo que para muchos es una catástrofe –y si lo es, ¿qué haremos en enero, durante la Copa de África?- para mi es la posibilidad de descubrir las razones por las que fichamos a Ezquerro. Quiero una tripleta Giuly-Ronaldinho-Ezquerro si se confirma la baja del león indomable.
Seguro que alguien se preguntará y me preguntará, ¿y Larsson? Con la mano en el corazón, ¿lo veis como titular en el Barça o ya hipotecaría un cambio? Y eso, teniendo en cuenta que Márquez vendrá justito de fuerzas, sería una insensatez. Tengamos al sueco en la recámara para el segundo tiempo pues es bien sabido que Larsson, por esos insondables mecanismos de la psicología de las masas, tiene la virtud de levantar la moral del Camp Nou. Que ya tiene su mérito tratándose de la afición más lunática del hemisferio septentrional.
Positifo: que la incuria, ineptitud y falta de carisma y tirón popular de los políticos catalanes, incapaces de interesar a la ciudadanía en el nuevo Estatut, les haya animado a pasar la pelota al Barça. ¡Por fin Catalunya entera se ha interesado por el Estatut!, aunque la conclusión es que, a Catalunya le quitas el Barça y ¿qué nos queda?. Si volviera a nacer el presidente Narcís de Carreras (que además era procurador en las Cortes franquistas), igual formulaba el lema “Catalunya és menys que un club” (plagiándome, claro, porque eso ya lo dije yo el miércoles en el programa de Jordi Basté de RAC1). Pero, llegados a este punto, ¿qué tenía que hacer el Barça? ¿negarse para que los anticatalanes se pusieran morados con eso de que “el Barça le da calabazas a Maragall”, “Laporta dice no a l’Estatut”, “L’Estatutinho va a ser que no”, “Autogol de Maragall”…? Pues, efectivamente: va a ser que no.
Nejatifo: que la lesión de Zidane no pueda ocultar la realidad del claro declive de una de las mayores estrellas del fútbol mundial. Zizou ha estirado más el brazo que la manga al querer simultanear el Madrid con la selección francesa cuando, tras la deplorable temporada anterior, lo aconsejable era que se dosificase aún más. Pero eso no es lo nejatifo sino el hecho de que esta baja es como un maná para Luxemburgo, que va a poder encajar en el equipo a Gravesen, Baptista y Robinho sin tener que dar explicaciones.
Nos vemos camino de Ítaca el lunes
Menos Messi y más Ezquerro
sábado, 10 de septiembre de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 1:52 a. m.
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