No acabo de entender qué le ha visto Frank Rijkaard a Cristian Chivu, amén de que sea zurdo y huber hecho sus primeros pinitos en el Ajax, el equipo en el que se formó y triunfó nuestro entrenador. Personalmente, siempre arrugo la nariz cuando me hablan de fichar defensas en Italia: desde que un fatal accidente segó la vida a Gaetano Scirea y desde que se retiró Franco Baresi, no he vuelto a ver en aquel país más que destripaterrones al más puro estilo Materazzi o Cannavaro. Lo siento pero yo, no compro.
Ahora bien: lo que no admito es renunciar a la compra porque me echan del mercado, porque me espanta la competencia o porque otros pujan más en pública subasta. Que Chivu deje de interesar al Barça porque Rijkaard se ha decantado por otra opción más interesante (como lo es, para mí, la de Gabi Milito), me arranca hurras de autocomplacencia. Pero que renunciemos a darle al entrenador el jugador que él prefiere…porque el Madrid se ha entrometido en el fichaje, me hace caer la moral y otro par de cosas a los pies.
Que te pisen un fichaje es como que te levanten una novia -¡la única que valía la pena de las dos que has tenido!- y peor aún si se va con tu enemigo más odiado. Nos lo hicieron con Beckham, y tuvimos los santos cojones de darle la vuelta y decir que éramos nosotros quienes les habíamos colado un gol. Antes nos habían robado a Figo y luego nos pasaron por la cara la vuelta de Ronaldo al fútbol español.
Casi todas esas operaciones fueron descabelladas para un Madrid movido por el afán de atacar al barcelonismo donde más nos duele: en el amor propio. Ahora, si no fuera por eso, debería alegrarme de que el Madrid acabe fichando a Chivu y pague por el rumano el gusto y las ganas, un sobreprecio como el que en los últimos años ha pagado por otros centrales: Samuel, Woodgate y Cannavaro. Es la única parte positiva del fichaje, que después de esos tres pinchazos, Chivu sea el descabello para el Madrid.
Positifo: que en la operación Milito podrían encajar Ezquerro (merece una última oportunidad)…y Bojan Krkic, que a buen seguro que cedido en el Zaragoza tendría muchos más minutos que en el Barça.
Nejatifo: que Messi todavía no ha dado en la Copa América ese arreón que se espera de él y, de momento, su brillo se ve ofuscado por las grandes actuaciones de dos ilustres marginados, como son Riquelme (por el Barça y el Villarreal) y Hernán Crespo (por el Chelsea).
¡Bon dia, bona sort i visca el Barça!
¿Gol de Mijatovic a Txiki?
martes, 3 de julio de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 12:19 p. m.
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