Empiezo a desilusionarme. Por unos días, y gracias al fichar a golpe de talonario al más puro estilo Abramovich, la directiva había parado el golpe del pesimismo en que nos hundió la pérdida de cinco grandes títulos de una tacada (Supercopa, Intercontinental, Champions, Juancarling y Liga). Nos había metido de nuevo en la inercia de la autocomplacencia: ¡ya tenemos la mejor plantilla!. Pero, como todos los juegos de prestidigitación, la ilusión ha durado lo que dura la función teatral. Ahora empezamos a discutir a Yayá Touré, al que me parece una gran falta de respeto que se le haya aconsejado cambiar el nombre. Resulta que vamos locos por un medio centro y ya nadie confía en que sea el hombre adecuado. Para mí sí es un grandísio mediocentro y grandísimo lo que se proponga, pero no al estilo Guardiola sino al estilo Popescu. ¿Abidal? Fui el primero en decir lo mucho que me recuerda a Bogarde y esta mañana ya se lo he oído repetir a un buen conocedor de futbolistas, como es Josep Maria Minguella. Pulután, peligro. ¿Thierry Henry? Hasta Sandro Rosell reconoce que se pagó demasiado y se le hizo un contrato demasiado largo. Quienes le comparan a Zidane también deberían recordar que Zizou se retiró cuando aún le quedaba una temporada de contrato y que, la anterior, se la pasó convertido en una rémora. Pulután, evitemos esas comparaciones. ¿Chivu? De nuevo un defensa procedente del fútbol italiano, y del mismo equipo en el que el Madrid fichó a Walter Samuel (¡hablando de comparaciones!), y del que ya han llegado a la Liga grandes defensas que han defraudado. Me quedo mucho antes con Milito, que además parece el mellizo de Puyol, nuestro hombre de referencia. Lo dicho: empiezo a desilusionarme. Espero que Leo Messi, al que me aferro y encomiendo en tales circunstancias, me devuelva esta noche la ilusión. Me bastaría con que jugara la décima parte de bien que anoche lo hizo Robinho con Brasil. ¿Cuánto valdría hoy este fenómeno?. Su actuación, fabulosa, también ha contribuido a deprimirme, porque si un suplente de Raúl es el mejor de la Copa América, es para echarse a temblar.
Positifo: que ya queda un día menos para que empiece la Premier League.
Nejatifo: la devaluación casi instantánea que sufren algunos fichajes de relumbrón en la Copa América: Forlán (21 kilos), sin tocar pelota en dos partidos; Anderson (31,5), ídem de ídem.
¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Empiezo a desilusionarme
lunes, 2 de julio de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 12:47 p. m.
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