¡Allons, enfants!

Me gusta que cuando los futbolistas llegan al Barça, al Getafe o al Recre, hagan elogios del nuevo club que ha tenido la gentileza de contratarles, muchas veces realizando un gran esfuerzo económico. A veces me parecen un poco postizos los gritos “¡Visca el Barça i Visca Catalunya!”, salidos de gargantas que apenas acaban de aspirar unas bocanadas de aire catalán. Pero hay cosas que la gente quiere oir, gestos que esperamos ver, guiños de complicidad que nos alegran el corazón. Iba a decir “pero no nos engañemos”, y lo retiro porque la vida está repleta de autoengaños si se trata de mentiras piadosas y/o convenientes si nos provocan optimismo. Pero, al margen de las palabras más o menos estudiadas, más o menos sinceras y espontáneas, están los hechos que tienen más valor y fuerza. Anoche, en la tertulia de RAC1, Carlos Seguí me preguntó qué me parecía la declaración de barcelonismo que hizo Gaby Milito al aterrizar en Barcelona. “Bien si va acompañada de hechos; bien porque le compromete a demostrar luego en el campo lo que ahora dice ante los micrófonos”. Ojo, que nadie interprete que dudo ni un gramo de la profesionalidad de Milito: hablo en general. Y luego, en coincidencia con Martí Perarnau y Pere Barthe, compartí el elogio a Thierry Henry y Yayá Touré por adelantar en tres días el regreso de sus vacaciones y ponerse en manos de un preparador físico. No voy a caer en la simpleza de pedir que los jugadores se reduzcan voluntariamente las vacaciones cuando tantas veces hemos pedido más descanso para nuestros cracks. Pero creo que la presencia anticipada de Henry y Touré en Barcelona es un signo de que se ha fichado en la línea que tanto nos satisface a los socios. Después influirán muchas cosas para que los fichajes triunfen o no. Pero nos encanta verles suar la cançalada nada más ponerse nuestra camiseta.

Positifo: que tengo la sensación –y así lo dije en RAC1, lamento repetirme- de que existe unanimidad en el barcelonismo (aunque unanimidad y barcelonismo parezcan conceptos antagónicos) en no dejar pasar ni una este año a los jugadores. Si el Camp Nou es exigente con las figuras más rácanas, serán innecesarias las comisiones de seguimiento, los códigos internos y los capitanes convertidos en carceleros.

Nejatifo: la inquietud que infunde el hecho de que el Milan no haya realizado un gran fichaje esta temporada, lo que se ha convertido en un elemento desestabilizador para el Barça, pues cualquier gacetillero se cree con derecho a asegurar cada dos por tres que vienen a por Ronaldinho o Eto’o. Personalmente, creo que el gran fichaje rojinegro de este año se llama Ronaldo, que el pasado año apenas jugó (y no lo hizo en la Champions), y que por reportajes que pueden verse por ahí, está hecho un mulo.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!