Juande Ramos, Kanouté, Maresca y compañía, seguramente se estarán preguntando qué les ha pasado hoy en Tarragona. Ya se lo digo yo: lo mismo que les pasó en casa con el Mallorca (perdieron) y con la Real Sociedad (empataron). ¿Qué explicación le damos a eso? Que en el fútbol, como en tantos otros órdenes de la vida colectiva, no hay enemigo pequeño. Topicazo ahí donde los haya y verdad como un templo. Históricamente, el Barça perdió ligas en El Plantío (¿dónde para el Burgos?), en El Arcángel (¿qué se habrá hecho del Córdoba?) o se dejó robar la cartera por el Hércules cuando ya tenía un pie en segunda. No hace falta ir tan lejos: este año ha perdido la Copa Mundial con el Internacional de Porto Alegre, al que poco tiene que envidiarle nuestro entrañable Nàstic. Pulután, haríamos mal en no aplicarnos la lección de lo sucedido al Sevilla y yo he empezado a pensar que incluso hacemos mal en no concederle ninguna posibilidad a este Madrid de desguace, probablemente el peor desde que Touriño, Serena, Fraile y García Navajas colgaron las botas. Quicir que voy a someter a revisión todas mis rotundas afirmaciones en las que daba al Madrid por descartado y vuelvo a meterlo en la pomada, junto al Sevilla, el Valencia, que ha jugado un partidazo en Pamplona, y por supuesto el Barça. Pero, ojo: el Barça si no va de sobrado, porque tengo la impresión de que mientras el Valencia y el Madrid entran, nosotros ya estamos en la pretemporada del año que viene, haciendo experimentos suicidas. Menos mal que esta vez Supermessi y Supervíctor acudieron a nuestro rescate. Pero no hay que tentar a la suerte y menos cuando hasta la que te era más fiel, la suerte de los campeones, te hace el salto con tu enemigo más odiado.
Positifo: que José Mourinho, después de empatar con el Chelsea ante el Tottenham en la Copa (3-3), con un resultado y una secuencia de marcador casi idéntica a la del Barça-Madrid, tomó un avión privado y se plantó en Pamplona para espiar al Valencia, próximo rival europeo de su equipo. Tendrá muchos defectos pero a profesional no le pasa nadie la mano por la cara.
Nejatifo: que Thierry Henry está lesionado por lo que queda de temporada, en la que el Arsenal ya no aspira a nada más que a quedar entre los cuatro primeros de la Premier en lo que se prevé serán partidos de mucha brega y desgaste. Este guardar a Titi entre algodones, puesto que ya no se pelea por un título, me sugiere que lo que pretenden los dueños de su equipo es aprovechar la última oportunidad de sacar por él un aceptable traspaso. Atento, Txiki: a ver si por una vez te anticipas a la competencia.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
No hay enemigo pequeño
domingo, 11 de marzo de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 11:56 p. m.
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