Quienes han vivido en zonas petrolíferas dicen que el olor que desprenden los pozos es tan penetrante como persistente e indeleble. Pero no resulta desagradable. En los emiratos, por ejemplo, le llaman “the money’s smell”, el olor del dinero. El único problema de ese olor es que crea una adicción de carácter narcótico: te acostumbras y ya no puedes prescindir de él. El fútbol debe desprender un aroma parecido, que seduce, engancha y esclaviza a la vez. Ahora estamos en la primavera, la época de los fichajes y traspasos, época de los grandes negocios futbolísticos, una feroz berrea en la que todos los traficantes del mundo parecen entrar en celo. Los más hábiles no son los que mejor fichan sino los que más dinero hacen y, ¿cómo se hace el dinero? A poder ser, engañando: vendiendo paquetes a precio de estrellas. Y, ¿de dónde sale ese dinero? De los incautos que cada temporada están dispuestos a pagar huevas de lumpo a precio de caviar.*
(*) Copyright, JB.
Positifo: que al menos este fin de semana en que sólo hay fútbol de selecciones, en Barcelona vamos a disfrutar de un derbi, de filiales pero sumamente atractivo: Espanyol B-Barça B, el domingo por la tarde (Canal 33, consultar programación).
Nejatifo: el papelón de Ferran Soriano, al negar el otro día que a Ronaldinho se le hubiera hecho la promesa de ampliación de contrato hasta el 2014. Laporta reconoció ayer que esa promesa existe y de paso propinó un capón al vicepresidente que le empieza a comer terreno mediático y relieve institucional.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Al olor del dinero
sábado, 24 de marzo de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 1:07 a. m.
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