Sánchez Llibre y Evo Morales

Respaldo la decisión de Dani Sánchez Llibre de no invitar a almorzar a Joan Laporta: yo tampoco compartiría mantel con ese señor y mucho menos pagando el ágape. No es que Sánchez Llibre sea mi ídolo, ni muchísimo menos, pero procuro no mofarme de él, por sus frecuentes meteduras de pata, como hacen otros colegas. Otra cosa es que critique, como periodista, muchos aspectos de su gestión deportiva, que ahí si que creo tener barra libre. Pero, ¿por no sentarse a la mesa con Laporta? Olé tus cojones. Creo que va siendo hora de que el fútbol español –y el catalán podría ser pionero- se quite el disfraz de la hipocresía y lo reemplace por el de la autenticidad. ¿Qué ello implica alguna concesión al forofismo? ¿y qué? ¿no es más hooligan quien se queda en cueros ante la guardia civil por chulería…? Además, estoy harto de protocolo: me pongo del lado de Evo Morales, de su jersey que me recuerda al que llevaba Marcelino Camacho para acudir al Parlamento, a los cuellos cisne de Antonio Gutiérrez, el Guti, cuando el país despertaba a la sinceridad tras lustros de censura, de clandestinidad, de leer entre líneas, de hipocresía. Lo siento, pero la vida no están en los jardines de las Tullerías sino en los barrios próximos en donde se queman decenas de coches cada noche.
Y, entrenado en la arena deportiva, tampoco quiero simulacros a cargo de Tamudo, esos piscinazos que aplauden los pericos porque creen que ha engañado a un árbitro cobarde. O los de Ronaldinho como el día del Valencia (que nos dio un punto y le quitó dos a los chés). Mientras sigamos considerando que esas acciones son de listo en vez de entender que son de sinvergüenza, adulteraciones de la competición tan punibles como las de los drogotas, iremos mal. Claro que en el fútbol, valen más puntos sin fair play que fair play sin puntos.
Acudo, una vez más, al magisterio de mi admirado Mourinho, un hombre que afronta a pecho descubierto todos los riesgos de la impopularidad para defender causas justas (y a menudo perdidas). Mourinho acaba de ser absuelto por la Federación Inglesa que le abrió expediente por impedir que el Chelsea devolviera el balón a un rival que lo había lanzado fuera para que se atendiera a un falso lesionado. La FA ha dado la razón a Mourinho: no hubo tal lesión sino la voluntad dolosa de cortar un contragolpe. ¿Cuántas de esas acciones aplaudimos nosotros a cada partido? ¿Y cuántas veces nos cabrea que, si la situación es a la inversa, nuestro equipo devuelva el balón o pierda todas las ventajas de un ataque en superioridad? ¿nos joden los teatreros como Tamudo pero aplaudimos a Messi y Ronaldinho? ¿les aplaudiríamos también si se drogaran…?.
Seguro que vuestros puntos de vista esclarecerán más estas cuestiones espinosas y confusas para muchos de nosotros, para mí el primero. Las espero con ansiedad y espero poder comentarlas sobre la marcha.
Que los Reyes le hayan traído a cada cual lo que se merece.


Positifo: que mientras el Villarreal se derrumba, el Valencia y quién sabe si el Madrid, parecen decididos a no tirar todavía la toalla de la Liga, lo que puede darle a la segunda vuelta del campeonato aún una remota emoción. Ojalá en la Premier League (en el calcio, en el campeonato francés y en la Bundesliga) sucediera algo parecido.

Nejatifo: la baja de Márquez en el derbi, que la considero fundamental para los intereses del Barça. Una ausencia que compromete más a Puyol, considerado por algunos de sus admiradores como el mejor defensa central del mundo. A ver si mañana está a la altura, ni que sea del promontorio de Montjuïc. Será interesante comparar a los dos centrales catalanes del Barça con sus colegas y paisanos del Espanyol.

En Ítaca, los roscos de Reyes llevan habas a la catalana