Ya sé que para los paladares más exquisitos que visitan este blog lo que se juega en Inglaterra no es fútbol sino patada a seguir. Pues bien: que por muchos años pueda yo gozar de ese patadón palante, que me ha salvado unas Navidades más del doloroso síndrome de abstinencia. ¡Qué salvavidas ha sido poner la tele en plena sobremesa familiar y, aludiendo a comprensivas responsabilidades profesionales, sumergirse en el estadio del Manchester City, en Old Trafford, Highbury o, cómo no, en Stamford Bridge!. ¡Qué reconfortante, después de tanto sucedáneo de angulas, sucedáneo de caviar, sucedáneo de foie grass, sucedáneo de champán, sucedáneo de televisión, sucedáneo de alegría, sucedáneo de paz y prosperidad...reconciliarse con lo auténtico! O sea, con el fútbol de verdad.
Respeto -por pura pose puesto que no lo considero nada respetable- que algunos hagais ascos a eso que se juega desde hace casi un siglo y medio en Inglaterra en campos abarrotados. Eso que no premia los piscinazos, que deja el teatro a Shakespeare, que es fútbol sin trampa. Y que, además, se puede disfrutar todo el año: cuando te viene el mono en pleno mes de agosto, pones la parabólica y ahí tienes un Middlesbrough-Aston Villa; ¿el día de San Esteban? Chelsea a tutti plen; y, para empezar el año, una doble efemérides: el equipo de Mourinho suma su noveno triunfo consecutivo e iguala la mejor racha del año pasado y el equipo de Benítez pincha en el campo del Bolton pese a gozar de un arbitraje de cámara. Por lo tanto, como entusiasta de Mourinho y de los blues, no puede empezar mejor para mi el 2006.
Y por ello quiero levantar mi copa de cava no sólo para brindar por los éxitos ininterrumpidos de los blues sino por quien ha hecho posible que su ventaja sea hoy dos puntos más amplia que en el 2005: ¡Dios salve a Reina!.
Positifo: que quienes llevais quince días sin fútbol -puesto que para vosotros un Feyenoord-AZ no es fútbol, lo mismo que el Tottenham-Newcastle- podais disfrutar nuevamente hoy con el magno acontecimiento que se va a celebrar en Zamora. entre el modesto equipo de la localidad tan conocida por sus mantas, y el equipo que practica el fútbol más divertido del mundo según la Gazzetta dello Sport.
Nejatifo: el comportamiento del público del West Ham, al aplaudir al energúmeno que ha lesionado a Michael Essien, que ha debido retirarse lesionado a los 12 minutos de partido. Y a la impunidad de Steven Gerrard (internacional inglés y de raza blanca), que le ha metido un plantillazo a Kevin Nolan en el esternón, poniendo en grave riesgo su vida. Ni amarilla.
Zarpamos nuevamente hacia Ítaca, capitán. Pero, ¿qué hacer con tanto jodido polizón a bordo?
¡Dis salve a Reina!
lunes, 2 de enero de 2006 | Publicado por Enric Bañeres en 6:56 p. m.
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