El peor de todos los partidos que he visto este fin de semana en que intervenían equipos de primer nivel (unos nueve, algunos simultáneos), es el del Barça con el Levante. Me preocupa este equipo que es incapaz de reencontrarse, que está perdiendo el estilo sin encontrar el recambio adecuado y que tampoco acaba de echar mano de las individualidades. Por primera vez en los últimos tres años, se siente presionado de verdad por dos rivales que están en condiciones de aguantarle el pulso y la única forma que tiene el Barça de resistir ese acoso es a base de resultados: mirar la clasificación y ver que los tienes ahí, sí, pero detrás. Claro que, nos hemos pasado tantos años renegando de los resultados si no llegaban como consecuencia de un fútbol espectacular y peculiar...
Los tres únicos equipos que aún pelean por quitarle la liga al Barça (Real Madrid, Sevilla y Valencia), han sacado buenos resultados y, lo que más nos duele, también han hecho sendos partidazos (lo que podremos no admitir por cuestión de conciencia), rubricados con mucho gol (lo que es indiscutible). Y eso me preocupa más, porque nosotros sólo hemos metido uno que todavía nos discuten, el de hoy al Levante, pues el otro en los cuatro últimos partidos, se lo metió un defensa del Mallorca. Tengo la certeza de que el Sevilla llegará el domingo al Bernabeu muy castigado por la Copa de la UEFA ante Osasuna, que podría incluir prórroga y mucho desgaste de todo tipo. Gran ventaja para un Madrid en el que, a la hora de la verdad, Capello ha dejado a un lado al frente nacional y se ha pertrechado con lo más competitivo, el clan brasileño y Diarra, además de repescar sabiamente a Beckham y de contar con un Van Nistelrooy en vena. Podemos decir misa pero el Barça de Villarreal (el del tiki taka del primer tiempo y el penoso del segundo), no resiste la comparación con este brioso Madrid que aguantó el tipo con gallardía en el infierno de San Mamés. Nuestras exhibiciones las reservamos para Egipto y empiezo a temer que esta liga sea finalmente como la rosa de Alejandría, encarnada de noche, blanca de día.
Positifo: el fantástico final de la liga holandesa, con un 3x1 de partidos (muy buena la idea de C+ fútbol), que nos han permitido ver 13 emocionantes goles en 90 minutos. Y comprobar como a veces la historia repite incluso las situaciones más inverosímiles: Koeman en el papel de Cruyff y Van Gaal como Arsenio Iglesias.
Nejatifo: la situación del Celta de Hristo Stoichkov, al que hoy le ha marcado un gol hasta la gashina Maxi. Si el Barça hubiera goleado al Levante, el Celta sería cuarto por la cola, ya que el equipo granota le aventaja sólo por un gol en la diferencia general.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Esto tiene muy mala pinta
lunes, 30 de abril de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 1:10 a. m.
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