Si Pep Samitier, el primer gran mito barcelonista fue l´home llagosta, que se cimbreaba como un junco para disputar balones aéreos incluso cuando el mismísimo Ricardo Zamora salía de puños a por el balón (y a por lo que fuera), al nuevo gran ídolo del barcelonismo se le podría designar como l´home llampec. Ronaldinho es el jugador relámpago, futbolista de juego deslumbrante, cegador para los aficionados pero eléctrico y dañino para las defensas que quedan paralizadas ante sus descargas.
Frente a su inverosímil y endiablado cambio de ritmo que le permite embalarse en cuestión de décimas y su habilidad fuera de lo común para inventarse jugadas que le convierte en innovador incluso del vocabulario del argot del fútbol, con faenas nunca antes ejecutadas por otros futbolistas, como las espaldinhas o las elásticas. Acciones de malabarista que aplica en el más puro estilo del diseño moderno, no como adorno superfluo e innecesario, sino para darles una utilidad, como soluciones que sus adversarios nunca habrían imaginado ni sus colegas serían capaces de imitar.
Posee la estampa que sugeriría a Salvador Dalí una nueva versión de su atleta cósmico. Pero un atleta sideral que no vive en las nubes, sino con sus pies de bailador de sambas pisando la misma tierra que pisan sus jóvenes admiradores para quienes no es la figura distante, un simple póster o un anuncio cargado de glamour, sino el colega que irradia sencillez y proximidad. El hijo al que su comprensiva madre no regaña porque tenga que meter toda su ropa en la lavadora cada vez que viene de la calle. Ronaldinho es hoy el hombre del día en España, todavía seducida y fascinada por su juego. Y ese éxito personal y rotundo, en un territorio tan esquivo a su equipo y a los catalanes, más que satisfacción le provoca gratitud hacia un público que lo sufrió y lo disfrutó a partes iguales.
(*) Publicado en La Vanguardia el pasado día 21, tras la exhibición del astro en el Bernabeu.
Positifo: la emotiva entrega del Balón de Oro a Ronaldinho, con Adriana Karembeu como gran reina de la fiesta a la que dio un toque de clase y glamour en medio de tanto hortera endomingado.
Nejatifo: que el partido pro Palestina que se jugará esta noche en el Camp Nou no haya encontrado mejores fechas.
¿Venderán Frenadol, en Ítaca?
"L'home llampec" *
martes, 29 de noviembre de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 11:48 a. m.
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