Así veo yo el tema Henry: el Barça negoció con él para ficharlo el año pasado, por si no se ganaba la Copa de Europa. Si la final de París la ganaba el Arsenal, el Barça corría una cortina de humo sobre el tropiezo deportivo (no fracaso, pues venía de ganar la Liga), y presentaba el fichaje de quien, presumiblemente, habría sido el gran héroe de aquella final. Henry había buscado casa ya cerca de Barcelona como habían explicado no sólo diversos medios de comunicación sino compañeros suyos, como Ludovic Giuly. Dándole al Arsenal la única Copa de Europa de su historia, Titi abandonaba los gunners por la puerta grande: todo habrían sido facilidades para que el nuevo héroe iniciara una nueva etapa.
Vale, pero, ¿si la final la ganaba el Barça? En ese caso, ambas partes acordaban no activar el acuerdo hasta un año después. O sea, ahora. El jugador fingía tener el compromiso moral de intentarlo de nuevo con el Arsenal; el Barça se entregaba de lleno a festejar la segona y no distraía la atención con el fichaje de un jugador que iba a hacer la competencia a los cracks y que, además, venía presumiblemente devaluado por la final, en la que falló más que una escopeta de feria. Ha pasado un año. Henry no ha conseguido levantar un Arsenal perdedor en todos los frentes. En cuanto cayó eliminado (por el PSV Eindhoven) en la Copa de Europa, Henry cayó sospechosamente lesionado “por el resto de la temporada”.
Si toda esta película es cierta (al menos sí es verosímil), Henry llamará dentro de unos días a la puerta del Barça exigiendo la aplicación del compromiso pactado hace un año. La cosa puede morir en un “¿Qué hay de lo mío?” con la callada por respuesta, o en exigencias un poco más contundentes, en función de los compromisos adquiridos. A mi ya no me extraña nada: uno de esos compromisos obligó a fichar a Emmanuel Amunike, aún a sabiendas de que tenía una rodilla hecha polvo. ¡Y eso que entonces teníamos a un lince en la presidencia, al que era muy difícil colarle un gol!.
Positifo: el gran discurso que ha hecho Frank Rijkaard previo al partido de Getafe, amén de la sabia decisión de no llevar a Messi a este partido para rebajar la electricidad estática y evitar que algún energúmeno (en el campo o en la grada), pudiera cebarse en la Pulga.
Nejatifo: la insistencia de Michel Platini de redistribuir los cupos que las grandes federaciones tienen de equipos en la Liga de Campeones. Por decirlo esquemáticamente, el presidente de la UEFA quiere trasvasar plazas de Inglaterra, España e Italia a los países nórdicos y naciones de la antigua Europa del Este. O sea: quiere meterle a la Champions un gol de despacho.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
A propósito de Heny (Drama en dos actos de la Comédie Française)
jueves, 10 de mayo de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 12:35 a. m.
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