Detrás de todo gran equipo hay un gran entrenador. Y, detrás de un equipo pequeño que se codea con los grandes, tiene que haber un monstruo sentado en el banquillo. Eso es lo que sucede con el Getafe y Bernd Schuster. Me hago cruces de que este equipo, con una plantilla sensiblemente inferior a la de la Real Sociedad, el Levante, el Betis o hasta el mismo Nàstic, esté por encima de todos ellos y se atreva a mirar a los grandes de tú a tú. Y eso que a Bernardo, la ojeriza que le tienen los árbitros desde que era jugador (o sea, generación tras generación de árbitros), le supone siempre una merma de puntos. Se lo hacían con el Levante y ahora se atreven menos, porque el Geta no deja de ser un polluelo incubado por la clueca mediática madrileña. Pero, restarle, le restan a este entrenador milagro del fútbol español. El Getafe ya fue casi el equipo revelación de la pasada temporada (9º). Claro que entonces tenía a Matellán, Pernía, Gavilán, Diego Rivas y Ricki. Pues bien, con todos ellos traspasados, el equipo sigue ahí, dale que te pego. Le ha bastado con meter al Pato Abbondanzieri bajo los palos, para ser el equipo menos goleado de Primera. Delante, no mete un gol ni al lucero del alba pero para eso acaban de traerse al letón Verpakovskis que por suerte para el Barça, todavía es un sin papeles para nuestra federación y parece que se pierde el partido del domingo. Un partido que el Barça hará muy santamente en ganar, para pasar página de la turbulenta y poco edificante vuelta de vacaciones.
Positifo: el comportamiento de Javier Saviola, al que ya nadie se atreve a acusar de tener contratos firmados bajo cuerda. Se trata de un jugador llamado a tener mucho protagonismo en este segundo trimestre azulgrana, al no haberse realizado ningún fichaje para reforzar la delantera (temas -Saviola y refuerzos- a los que volveré más extensamente tras el partido de Getafe.
Nejatifo: el papelón de los jugadores del Barça que no han llegado a tiempo al entrenamiento al que el propio club había convocado a los socios, en sesión de puertas abiertas. Gran decepción para los 12.000 barcelonistas, la mayoría niños, que han llenado el Mini. Y la ausencia de los mismos jugadores en la ya tradicional visita de la plantilla a los hospitales ha redondeado la faena.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
¡Qué grande es Bernd Schuster!
viernes, 5 de enero de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 1:43 a. m.
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