Hace un tiempo, a propósito de Saviola, escribí un comentario titulado "Harto de conejo". Ahora estoy harto de caipirinha. Es una falta de respeto al club, a la plantilla, al entrenador, a la competición...el seguir dando vueltas en torno a la situación de Ronaldinho, que se explica en dos palabras: está mal, su entrenador lo cambia, no marca las diferencias, el equipo reacciona sin él y, cuando algunos medios de comunicación serios tratan de ofrecer una respuesta a la pregunta ¿qué está pasando con Ronaldinho? la polémica cambia de signo y se empieza a disparar sobre el mensajero. A mi ya me pasó: en medio de una gran polémica entre Rivaldo y Núñez, el pecident me dijo que Rivaldo estaba reclamando algo a lo que no tenía derecho. "Pruebas, quiero pruebas", le dije a aquel prohombre, el mejor presidente de la historia del Barça. Y me respondió que nos dejaba leer una carta del propio Rivaldo. "No me basta, quiero fotocopiarla". Me autorizó si me comprometía a no pubicarla, "sólo para mis ojos". "¿Y quién me va a creer si no la publico? ¿la palabra de Bañeres contra la de Rivaldo y todo el resto de la prensa de Barcelona, que le hace costado?". Debo tener mucha labia porque finalmente persuadí a aquél modelo de presidentes de que me diera luz verde para publicar la carta. Famosa carta, diría yo. Y así lo hicimos: abriendo la sección de Deportes de La Vanguardia, la carta, un documento por el que algún colega se habría dejado cortar una mano. Pues ¡no veais la que me cayó a partir de ese momento! Pasé a ser la escoria del periodismo, un criminal de guerra y Rivaldo se convirtió en Dios, una víctima traicionada. A nadie le importó que Rivaldo estaba reclamando algo a lo que había renunciado expresamente, que estaba extorsionando al Barça, que se comportaba con métodos mafiosos y, lo que aún es peor si cabe, reflejaba su protesta en el campo y contra el entrenador. A partir de aquel momento, el medio fue el mensaje y el ejercicio al que se entregó con fruición el entorno fue el de matar el mensajero ¡Qué grandes artículos sobre la deontología profesional escribieron algunos queridos y admirados colegas!. Pero, ya veis lo que son las cosas: el mensajero, vivito y coleando. Y Rivaldo, en el AEK.
Post data: por cierto, capitán, no olvido mi compromiso de publicar algún día cómo provoqué la dimisión de Núñez. Un día lo publicaré. Pero aún no...
Positifo: que hoy veremos un duelo poco usual en el fútbol, pero de esos que le dan salsa de verdad a este deporte, tan necesitado de situaciones épicas y de exprimir al máximo las emociones: Milito vs. Milito.
Nejatifo: el desplome del Sevilla. ¿Se le habrá acabado la papilla al nutricionista del club, a quien se atribuyen poderes milagrosos? Yo creo que el culpable de todo es el presidente Del Nido. Yoya lo dije: no traspasar a Alves después de haberlo subastado, será una carcoma en la plantilla. Retenerlo mediante el chantaje sensitimental, vinculando su caso a la tragedia Puerta, fue inhumano. Y esas cosas siempre pasan factura.
¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Cuando yo intoxicaba
miércoles, 26 de septiembre de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 9:31 a. m.
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