Barça no me ha disgustado. El resultado, sí. Y ya sé que muchos barcelonistas se deleitan pensando que su equipo ha tenido más posesión del balón y que ha demostrado cosas de alto nivel. Pero, volver del Sardinero con un miserable punto, a los resultadistas como a mí no puede sino dejarnos mal sabor de boca. Y a los antirresultadistas, los que disfrutan no ganando, me gustaría ver qué tal les sienta eso de que los cuatro fantásticos sean incapaces de batir...a Toño. Y, ojo, que me ha gustado casi todo el equipo si bien ya sé que Eto'o está muy lejos de ser el de su primera temporada con el Barça, que Iniesta para mi no debe salir de titular y que yo habría comenzado con Márquez en la defensa para evitarnos el sonrojo de admitir que Valdés nos salvó del desastre. Pero hay plantilla, jugadores, calidad, para repuntar. No somos el Valencia, por poner un ejemplo próximo, pero tampoco jugamos como el Villarreal o el Sevilla, aunque les superamos en aparato mediático. Y me joroba no saber ya a qué juega el del turbante: camina, retiene el balón, frena, no para de reclamar al árbitro...En un equipo en el que Henry pide a gritos un puesto (su presencia dio nivel al Barça, es verdad que fue cuando ellos jugaban con diez) y un Messi que jamás puede ir a la ducha con un 0-0, el del turbante me ponía de los nervios. Y verlo con el brazalete de capitán, después de los menosprecios que el año pasado hizo al equipo, a los compañeros, a la afición...todavía me irrita más. Se siente obligado a lucir su repertorio de virguerías y pasa olímpicamente del equipo. A ver cuándo se entera que, antes de venir él, el Barça siempre llenaba todos los campos.
Positifo: que el tropiezo del Barça ante el equipo que menos se ha reforzado de la liga y que jugó más de veinte minutos con diez, llega casi tan pronto como el de la Supercopa del año pasado. O sea que se está a tiempo de revisar todo lo que sea menester: alineación, sistema, preparación física...
Nejatifo: la supervivencia en la Liga española de técnicos como Miguel Ángel Lotina, que no aportan nada, están especializados en bajar equipo e, incomprensiblemente, nunca les falta trabajo., Por suerte, hoy uno de los entrenadores con mayor proyección, el vasco Unai Emery, le ha sacado los colores en Riazor. De Emery, el más joven de la Liga (35), se dice que es escuela Juande Ramos. Una buena noticia, porque el entrenador del Sevilla es el que saca mejor fútbol de su equipo.
¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!
Me turba el del turbante
domingo, 26 de agosto de 2007 | Publicado por Enric Bañeres en 11:43 p. m.
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