Aunque sea con un día de retraso, vuelvo a rendir pleitesía y admiración al gran protagonista de la mediocre temporada internacional de fútbol: José Mourinho. Con una plantilla modestita en relación a las que poseen el Manchester United, el Madrid, el Juventus o el Milan (incluso más sencillita que la del Barça), con Cudiccini de portero, Geremi y Huth, chavales del filial y algunos titulares, se hizo el amo de Old Trafford. ¿Dónde se gradúan los grandes? En el aula magna del fútbol y el teatro de los sueños lo es. ¡Qué recital de fútbol para dejar a los diablos rojos convertidos en simples comparsas! Viendo jugar a los blues pensé que alguien debería decirle a Mourinho que su equipo ya es campeón, que pare ya de batir records de puntos y de menos goles recibidos. Pero entonces lo vi, con su abrigo-talismán a mediados de mayo, es decir, vestido para la ocasión, e imaginé que en Old Trafford iba a suceder algo grande. Y, en efecto, el triunfo por 1-3, el pasillo inicial, las gradas del estadio del Manchester despidiéndole puestas en pie, fue toda una gozada.
Otro entrenador surgido de la línea barcelonista de Bobby Robson y Van Gaal, Llorenç Serra Ferrer, tuvo un éxito anoche en San Mamés y su equipo, el Betis, jugará la cuarta final de la Copa del Rey de su historia, segunda con el mallorquín en el banquillo. Viví la anterior como periodista enviado especial al Bernabeu. ¡Qué gozada! Ya éramos campeones de la Recopa y esa noche terminamos escuchando el himno del Barça ¡cinco veces! en el coliseo madridista. Fue un partido intenso, con prórroga para terminar 3-2, goles barcelonistas de Figo (2) y Pizzi, y los del Betis a cargo de Finidi y Alfonso.
El Barça fue recibido al día siguiente en la plaza de Sant Jaume por una muchedumbre. Fue la tarde en que Manolo Amunike gritó aquello de “¡Campeolones, campeolones!”. Con Núñez de presidente, en veinte años fuimos quince veces a la Plaça de Sant Jaume (tres de ellas con dobletes), para llevar una Copa de Europa, 4 Recopas, 7 Ligas y 6 Copas del Rey. Sin contar una copa de la Liga, supercopas de España y de Europa (que esas ya no las llevábamos a ningún sitio, tal era nuestra abundancia), fueron 18 los grandes trofeos de fútbol que Núñez llevó a una plaza que, por cierto, le declaró la guerra en su primera visita y, aún así, jamás rompió con esa tradición.
Porque esa tradición venía de antiguo. Por ejemplo, en los 30 años anteriores a Núñez, se ganaron seis títulos: 1 Liga, 1 Copa de Ferias unificada y 4 Copas del Generalísimo. En los cinco años siguientes a Núñez, todavía no hemos pisado nuestra plaza fetiche. Pero, lo más grande de nuestra historia y de nuestra mentalidad es que dices esto, recuerdas esto, homenajeas esto, y los autodenominados buenos barcelonistas te ponen a parir.
Por cierto: el Barça será campeón ante el Villarreal en el Camp Nou. Mañana lo razonaré.
¡Bona nit i visca la bona gent!
Grandes Mourinho y Serra Ferrer
jueves, 12 de mayo de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 1:50 a. m.
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