La objetividad del periodista es un mito. Yo aterricé en el periodismo cuando algunos de mis veteranos colegas pretendían expresar su objetividad escribiendo un artículo diario: los pares escribían a favor del Espanyol y los impares en contra del Barça. La verdad es que el panorama era nítidamente antibarcelonista y aún recuerdo cuando en la revista Barrabás, ante un derbi en Sarrià, pusimos la relación deperiodistas pericos y la de periodistas culés, el simulacro de palco de prensa nos quedó muy desequilibrado: era difícil encontrar a comienzos de los años setenta periodistas barcelonistas, y quienes no tenían inconveniente en ocultar sus simpatías azulgrana eran vistos como intrusos. Cuando a esos pocos se nos acusaba de estar comprados por el Barça, Àlex Botines respondía: "Yo no estoy comprado por el Barça, yo estoy regalado al Barça".
Descubrí ya entonces que la objetividad es un mito, una ficción, una quimera. Pero simpatizar por un club no implica necesariamente ser deshonesto ni trincón, aunque la creencia popular -falsa y maliciosa- es de que no hay periodistas regalados y sí muchos vendidos. Lo cual no incluye ser servil con las barbaridades que a menudo perpetran los directivos, ni comando de choque de las fuerzas de la oposición, ni subastar tu independencia profesional al mejor postor. Confesar la simpatía sincera pero moderada y honrada a un club, puede decepcionar a los pocos que todavía creen que los periodistas son justos, benéficos, ecuánimes e imparciales a carta cabal, consagrando a sus lectores una especie de celibato mental. ¡Bendita ilusión!.
Pero encuentro más decente confesarse partidario de un equipo que fingir hipócritas e inexistentes independencias. Y, así como en la prensa deportiva de Barcelona, en la bilbaína o en la sevillana, en general, todo el mundo sabe de qué lado está, la prensa madrileña está repleta de lo que yo llamo "banderas de conveniencia", periodistas que son como esos barcos de empresas alemanas, canadienses o yanquis pero matriculados en Liberia o las Islas Vírgenes. ¡Qué curioso que sólo Tomàs Roncero sea abiertamente -y además forofo declarado- del Real Madrid!. Porque las grandes plumas son del Athletic, del "Glorioso", del Racing, del Ponferrada, del Celta o se declaran fervientes del Boca o el Manchsester United...Esa coartada les deja las manos libres para pasar a cuchillo casi diariamente al Barça y rezumar merenguismo por los cuatro costados. Siempre con la libertad como bandera...de conveniencia.
Nota.- Sólo leeré los comentarios que tengan alguna relación con el tema propuesto o que propongan otros directa o indirectamente relacionados con él o con el enunciado (el subtítulo) general del blog. Mi aspiración no ha sido superar las 300 entradas diarias en este blog sino que los pocos que pasen por aquí no lo consideren un vertedero de insultos o el frenopático en el que confían superar sus desequilibrios.
Banderas de conveniencia
martes, 10 de mayo de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 7:56 a. m.
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