Los centenares de barcelonistas desplazados a Riazor despidieron a su equipo a los gritos de ¡Campeones, Campeones!. ¿A alguno se le ocurrió reprochar a los jugadores o al entrenador, Frank Rijkaard, su posición ultradefensiva desde que el equipo se quedó con un hombre menos por la expulsión de Rafa Márquez? ¿No fue lo más parecido el Barça de los últimos 40 minutos en Riazor, al Chelsea del Camp Nou tras la expulsión de Drogba o al Espanyol tras la expulsión de Jarque? ¿Qué dirán ahora quienes entonces lincharon a esos equipos, al ver a un Barça aculado sobre la portería de Valdés, defendiendo con ocho y nueve jugadores, y cediendo 12 saques de esquina? ¿Vamos a escandalizarnos porque Eto'o se haya quedado como un náufrago, solo en punta, hasta que lo ha relevado Maxi López? ¿Renegaremos de este Barça que ha vuelto a tener en el portero a su mejor hombre? ¿Pediremos que nos borren los puntos? ¿Renunciaremos a ellos por haber renunciado a nuestro "estilo irrenunciable"...?
Si yo hubiera puesto a parir al Chelsea y al Espanyol, si yo hubiera considerado punto menos que retrógrados a los que algunos llaman "resultadistas" (y yo llamo "ganadores"), hoy no podría escribir ni una sola línea en favor del Barça. Sin embargo hoy me siento orgulloso de un Barça que ha sabido defenderse con diez jugadores, que ha sacado tres puntos extraordinarios para conseguir cuanto antes el título, que ha vuelto a dar un mazazo de autoridad a todos sus adversarios.
Casi siempre lo hace con un ataque demoledor y brillabnte; hoy lo hizo con una defensa serena y efectiva. Y me alegra que haya demostrado a los "no resultadistas" que también eso hace felices a los seguidores que despidieron al equipo en Riazor a los gritos de ¡Campeones, campeones!.
El Barça desenmascara la hipocresía
sábado, 19 de marzo de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 11:59 p. m.
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