Confío en que hoy será el gran día de Maxi López ante el Getafe. Siempre he sentido una especial atracción por los futbolistas humildes, por los que no reclaman más que una oportunidad y un trato no discriminado, los que no se proclaman salvadores del equipo y prefieren jugar cojos…a que otro les pueda quitar el puesto. Porque hay mucho cuento en eso del compromiso de las grandes estrellas.
Maxi López, al que jamás imaginé vestido de azulgrana (su perfil y condiciones me parecen adecuados a un Benfica o un París Saint Germain), me dio la primera sorpresa el día del Chelsea. Hizo un movimiento impecable para batir a Cech y chutó con gran convicción y colocación. ¡Ya podría tomar nota mi admirado pero desconocido Ludovic Giuly (aunque confío en que saldrá de ese cascarón mental en el que parece haberse encerrado!.
A Maxi López lo veo como esos jugadores de segundo nivel (el Luis García del año pasado), que se fichan para relleno o para ulteriores trueques y terminan imponiéndose, entre otras cosas, porque el público (no así los técnicos ni la prensa), sintoniza con ellos y valora la entrega como un signo de honradez. Me gustaría ver triunfar a Maxi, verlo convertido en el Solari del Barça: no necesariamente un titular donde todos los escaños están adjudicados, pero sí el providencial jugador número 12.
Además, con Maxi López el Barça puede pagar una deuda con el fútbol argentino, por la inmensa injusticia, de fondo y de forma, de que han sido víctimas Riquelme, Bonano, Saviola y Sorín, cuatro internacionales albicelestes acreditados, por el simple hecho de llegar en el peor momento al sitio inadecuado. No sólo les pasó a ellos sino a muchos otros, que tuvieron la desgracia de llegar al Barça en plena sublevación proboscídea en el club. Los pseudohistoriadores que proliferan estos días para tergiversar el golpe de estado encubierto que llevó a Laporta al poder en el Barça, escribiendo al dictado panfletos y libelos de nulo valor documental y dudosa calidad literaria, ¿hablarán del “exterminio” de argentinos? ¿lo considerarán una “limpieza étnica” del vestuario, como la que dicen que realizaron Robson y Van Gaal…? ¿llamaran exterminio a darle puerta a Jasikevicius…?
Cambio radical: doy ganadores al Madrid en Levante y al Barça contra el Getafe. Donde no lleguen los jugadores de ambos grandes, llegará su poder fáctico. Conviene que ganen los dos (o, de pinchar, que pinchen ambos), porque la Liga, antes que una competición deportiva, es un gran negocio.
Maxi, después del exterminio
domingo, 17 de abril de 2005 | Publicado por Enric Bañeres en 1:23 p. m.
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