Se ha escrito un crimen

Grandísima final, vorágine futbolística de 120 minutos intensos, llenos de pasión, de juego viril, desafiante, de jugadores comprometidos, de los que miran a los ojos al rival y, como el Apache Tévez, llevan la navaja en la media. El Chelsea mereció la Copa porque buscó el triunfo casi siempre pero la fatalidad le pudo. Tras una primera media hora de dominio de los diablos rojos, el partido fue azul de punta a punta: un penalti no señalado, dos postes…y resbalón del que iba a ser el héroe del partido, John Terry, cuando Londres iba a recibir la primera Copa de Europa de su historia. Ha sido un crimen en el que el colegiado Lubos Michel no ha quitado ni ha puesto rey…pero ha ayudado al Manchester. Ha sido un crimen (expulsar a Drogba merecería deportación a Siberia), pero al fin y al cabo una obra de arte de la historia criminal.

Positifo: que nadie podrá decir que el Chelsea es más ganador desde que no lo dirige José Mourinho sino todo lo contrario, pues esta es la primera en cuatro temporadas que no gana ningún título y que pierde tres finales (Supercopa, Carling y Champions).

Nejatifo: la entereza de Avram Grant, tratando de consolar a John Terry y al resto de sus jugadores tras la inmerecida derrota. Mal panorama queda ahora en el vestuario de Stamford Bridge para Frank Rijkaard, si es que acepta el reto de levantar la moral del equipo y de la afición.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!