Nosotros fallamos los goles

La semana pasada, los periodistas aparecíamos como culpables de la lesión de Messi por habernos atrevido a discutir su ausencia en el Manzanares, donde el protagonismo que parecía reservado a La pulga, lo usurpó el Kun Agüero. Otrosí: el público también es culpable, por su frialdad, al decir de Txiki. Yo prefiero culpabilizar a Laporta, por no conseguir de sus amigos de Mediapro que obliguen a poner los partidos importantes (y el del Villarreal lo era, más en jornada electoral), a una hora decente. Pero también le culpo por el éxito del seient lliure. ¡Que tiempos aquellos en que los sozis hacían de su abono un sayo, lo pasaban a sus parientes, a sus colegas o lo tenían cedido por una módica cantidad al cuñao insoportable!. ¿Por qué no les dan a los guiris un manual de intrucciones, se ponen animadoras para que hagan la ola -¡ah, la ola no, que según Laporta, distrae!-, y se les instruye un cuarto de hora antes del partido en los más tradicionales gritos y consignas de ánimo a nuestro equipo? Pulutan, puestos a buscar culpables, todos lo somos. Ya sé que no metemos goles, pero nos dejamos colar cada uno…

Positifo: la excitación de los militantes antimurinhistas, que han salido atropelladamente del armario para prevenirnos de todos los males que traería sobre el Barça ese portugués. Me parece estar viviendo la etapa de Bobby Robson (por demasiado blando) y Louis van Gaal (por demasiado duro), sólo que yo lo reducía todo a análisis muy simples: no se iba a por Sir Bobby ni a por el cabeza de ladrillos sino que se apuntaba más arriba. Los instigadores de aquellas campañas ¿son los antimurinhistas, que temen que los tiros que irían contra ese portugués, apuntarían más arriba?.

Nejatifo: el inaceptable comportamiento de Thierry Henry, marchándose enojado porque lo cambiaron ante el Villarreal, cuando ya no debió ni salir como titular, y borrándose del entrenamiento de ayer. Deberísmos denunciar al Arsenal ante la OCU (Organización de consumidores y usuarios), por la estafa de este fichaje, avalado por Johan Cruyff con la peregrina idea (¿original, tal vez?) de que iba a poner presión a los demás cracks. Le falló el análisis pues parece que los antaño cracks nunca se habían abandonado tanto como en la presente temporada.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!