El eterno retorno del entorno

Ni siquiera una férrea dictadura como la de Laporta, que menosprecia al sozi hasta extremos inimaginables, tiene las manos completamente libres para cometer toda clase de atropellos: siempre nos quedará el entorno. Que la asamblea no exista –es una mera formalidad deliberadamente no representativa-, que se pateen el patrimonio histórico del club, que nos vayan a cambiar el Camp Nou de Mitjans y Soteras por un mamotreto que rechazaría la comisión de urbanismo de Las Vegas, que hayan dado el primer paso para eliminar las secciones (como sugirió Johan Cruyff en su día)…todo eso nos resbala. El sozi es indiferente, insensible, ajeno a todo eso: ¡qué tiempos aquellos en que el club estaba tan vivo que hasta votaban los muertos!. “Teniendo la televisión de nuestra parte, me meo en la prensa”, dijo amenazante y faltón el ínclito Joan Gaspart, entonces vicepresidente del Barça, cuando algunos periodistas –que se podían contar con los dedos de una mano- nos pasábamos de la raya. Ahora las formas han cambiado, pero no el fondo. Ni una férrea dictadura como la que quiso imponer Núñez hace treinta años, ni la que ahora ha recproducido Laporta, tienen las manos libres por completo mientras persistan focos de resistencia, que no se apagan aunque hagan sobre ellos sus aguas menores.


Positifo: la marcha triunfal del Getafe de Michael Laudrup, que ha eliminado al benfica con ¡nueve titulares de baja!, lo que le convierte en el entrenador ideal para cualquier gran equipo, que siempre atribuyen los fracasos –desgraciadamente frecuentes- a las bajas de titulares.

Nejatifo: ver a Jan Laporta en Roma, presenciando una nueva derrota del equipo de baloncesto, porque sorprende su disponibilidad para ir a la Ciudad Santa con todos los gastos pagados a costa del club mientras que “razones profesionales” le impiden acudir ni que sea muy de tarde en tarde al Palau Blaugrana.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!