De derrota en derrota

Desde la gloriosa final de París, este equipo no ha hecho sino perder. Es la caricatura de un campeón, se ha devaluado a todos los niveles –individual y colectivo- y sólo vive de ilusiones vanas, de tópicos propios de un equipo que ya parece habituado a su condición de loser: “tenemos que seguir luchando y trabajando”. Oyes al presidente y ni una palabra de autocrítica: al contrario, pretende que se ha perdido con dignidad. ¡Sólo le ha faltado decir que el Barça sale reforzado de Mestalla!. La dignidad la ha tenido el Valencia, y la ha tenido Koeman: con una plantilla de desguace, con la guillotina sobre su cabeza, ha sabido organizar un perfecto contragolpe, sorprendiendo desde la segunda línea (partidazos de Villa y Baraja, ¿eh, Rijkaard?)), y armándose atrás. Pero nada le habría salido bien al Valencia si se hubiera enfrentado a un equipo de primera línea continental. Hace semanas empecé a advertir de las miserias de nuestra defensa. Como visitantes, no salimos a menos de dos goles en contra por partido. Ya nos compadecen hasta en la Ser y en la Sexta. Y es que hemos llegado a lo más bajo que podíamos imaginar: a dar pena.

Positifo: que la final de la Juancarling va a ser la rampa de lanzamiento de Michael Laudrup (y, ojo, no le doy como eliminado por el Bayern en la UEFA), y la posibilidad de rehabilitación de Ronald Koeman, dos hombres que han dado grandes tardes de felicidad al barcelonismo.

Nejatifo: el ridículo que ha hecho Laporta al ofrecer la prima por eliminar al Valencia (luego se ha dicho que era el “anticipo” de la prima…¿es que no llegan a final de mes los jugadores?). Que no vuelva a presumir de criterios propios de la alta dirección de empresas: empezó como Kennedy y terminará como Nixon.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!